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ESTE BLOG PRETENDE MOSTRAR LAS BELLEZAS NATURALES Y ETNOGRÁFICAS DE LA ZONA NOROCCIDENTAL DE MARRUECOS. PERTENECE A UN GRUPO DE AMIGOS QUE DESDE 2003 PRACTICA EL SENDERISMO TODOS LOS DOMINGOS POR LOS ALREDEDORES DE TETUÁN. CONTACTO: gorgueste@gmail.com

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MONOGRÁFICOS.

sábado, 12 de julio de 2014

JEBHA Y SUS PLAYAS


Vista aérea de Puerto Capaz (actualmente Jebha). 21/1/ 1953. 
Foto: Servicio Geográfico y Cartográfico del Ejército del Aire español. 1ª AC 8653. 
Escaneada del libro: Tingitana en la antigüedad tardía (siglos III-VII) de Noé Villaverde Vega. 
Editado por la Real Academia de la Historia. Madrid 2001.

Hasta hace apenas dos años, llegar a Jebha no resultaba fácil, sobre todo si había lluvia, porque tanto la carretera que iba por la costa desde Tetuán, como la que bajaba desde pasado Bab Berred, tenían tramos en muy mal estado, y, la comunicación con Alhucemas, a través de Cala Iris, se realizaba  por una pista.
Actualmente las comunicaciones han mejorado mucho y aunque la carretera que baja desde cerca de Bab Berred ha empeorado mucho, sin embargo, la carretera de la costa se ha realizado nueva y además la han enlazado con Alhucemas-Nador-Ouxda.
Jebha ha quedado a mitad de camino entre Tetuán (a 122 km) y Alhucemas (a 110 km) y tiene suficiente interés, no solo para pararse a tomar un café, sino para pasar varios días visitando sus alrededores.
A partir de aquí se inicia el Rif árido y la escasa vegetación convierte a los paisajes en tratados de geología y geomorfología: ramblas secas con extensos lechos cubiertos de cantos rodados, salientes rocosos con acantilados llenos de aves marinas,  calas, playas....
En el enclave de Jebha, probablemente, hubo asentamientos humanos desde tiempos remotos, pero fue en 1926 cuando los españoles realizaron aquí construcciones militares para el control de la costa y se creó la ciudad actual con el nombre de Puerto Capaz.
En la web:  Jebha se puede encontrar información muy interesante sobre la historia del lugar y numerosas fotos de sus gentes, costumbres y lugares.

En esta vista del google maps, se observa, a la izquierda, el pueblo junto a la rambla Misiaba, el puerto, el montículo conocido como la Punta de los Pescadores, donde se sitúan las ruinas de antiguas dependencias militares, el faro, y el santuario de Sidi Yahya el Wardani, después se abre la bella cala o bahía de Marsadar, también conocida como el Circo de Jebha, dos pequeñas calas más y por último la playa de cantos rodados de Lahwat a la derecha.

Mapa geológico de Jebha en el que se observa como los materiales del Rif interno (en colores rosados), al noroeste, se ponen en contacto con los del Rif externo (en colores verdes), al sureste, y entre ambos afloran materiales de la dorsal calcárea externa (marrones y azulados), debido a la falla de Jebha-Chrafate. Destaca también el macizo peridotítico de Beni Bouchera (en verde oscuro).

Mapa topográfico de Jebha 1:50.000 en el que está marcado el recorrido realizado a pie por las playas de la zona oriental y el recorrido en barca.


La carretera de la costa que viene desde Tetuán tiene en sí misma un enorme interés e incita a ir realizando  numerosas paradas, por lo que es conveniente hacer el viaje sin prisas.

Los paisajes de costa y de montaña, las formaciones rocosas, algunas construcciones tradicionales, los cultivos o la presencia  de almiares como estos en los que se guarda la paja del cereal que servirá de alimento al ganado, incitan a frenar para contemplarlos más detenidamente.

Como en todas las zonas rurales de la región, aquí también aparecen los hornos junto a las casas, pero en esta ocasión están fabricados con bloques de piedras, aunque a veces los recubren de barro y los encalan. 

Las montañas llegan hasta el mar y forman una costa acantilada, pero de vez en cuando los ríos que bajan de la dorsal caliza abren amplios valles llenos de aluviones que acaban en formas deltaicas. Es en sus desembocaduras donde se encuentran las playas. La carretera hace un continuo serpenteo de ascenso desde un valle a los acantilados y de descenso al valle siguiente. En la foto se ve la zona de Bou Ahmed - Stehat, un importante centro balneario muy visitado en verano.

La apertura de la carretera ha abierto enormes taludes, con pendientes acusadas, donde los materiales son difíciles de contener y suponen un gran riesgo por desprendimientos y deslizamientos de rocas, pero son muy interesantes desde el punto de vista geológico porque descubren rocas frescas sin alterar donde se pueden observar muy bien los materiales y las estructuras geológicas.

Interesantes estructuras de filones que muestran el diaclasado de las rocas preexistentes.

Tratamiento del talud mediante escalones. Los materiales arrancados se han tirado sin más en la ladera que baja al mar y el agua de lluvia se los está llevando.

Puerto de Jebha y peñón calizo que le da nombre (la frente).

Panorámica de Jehba desde la carretera que va a Alhucemas. Se observa su situación en el fondo del valle del Misiaba.

La ciudad, prácticamente nueva, y la gran mezquita.

Cementerio con mezquita y santuario, en la ladera de la montaña.

Ruinas de acuartelamientos militares españoles, el santuario de Sidi Yahya el Wardani y edificio con faro y radares de vigilancia de la costa.

Santuario de Sidi Yahya el Wardani.

La ciudad y la costa desde el montículo sobre el puerto.

Puerto pesquero.

Antigua  caseta militar de vigilancia.

Ruinas de los cuarteles militares españoles sobre el puerto.


Una vez que se asciende a la montaña situada sobre el puerto y se continúa hacia el Este, se divisa una bella panorámica de la bahía de Marsadar o circo de Jebha que tiene una forma casi circular. Esta forma hace pensar a mucha gente que es el cráter de un volcán invadido por el mar; aunque esta idea es muy atractiva y exótica, la formación de la bahía puede explicarse por la acción de la dinámica del agua del mar sobre los materiales presentes.
Los salientes calizos que cierran la bocana de la bahía han soportado la fuerza del oleaje y condicionan la dirección de las olas que se mueven hacia el interior y arrancan los materiales arcillosos de color verdoso situados más dentro. 
Entrada de la bahía de Marsadar con los dos salientes calizos. Sobre el promontorio occidental se conservan las ruinas del antiguo cementerio español.

Restos de algunas tumbas.

Todas las inscripciones han sido destruidas.

Vista de la bahía de Marsadar. Entre el acantilado de la derecha y el saliente del peñón se situaba una banda de materiales arcillosos muy disgregables que han sido erosionados.  

A nivel geológico la zona tiene gran interés para el estudio de la falla de salto en dirección de Jebha-Chrafate.

La entrada a la bahía vista desde la pequeña playa de guijarros situada en su borde.

La bahía de Marsadar vista desde el lado contrario al de llegada.

Punta sobre la que se sitúa el antiguo cementerio español.

Vista de la bahía desde el collado que comunica con la cala siguiente.

Cuando se sigue la senda hacia la costa oriental, se observan las arcillas que aún se conservan detrás de la barrera caliza, ya que el mar las ha erosionado menos y ha formado dos calas mucho más pequeñas que la bahía anterior. En la foto se ve un poco el agua de la primera cala y en la pequeña depresión del fondo está la segunda cala, después viene una playa rectilínea de guijarros.

Primera cala.

Sobre los cantos calizos de la playa aparecen formaciones carbonatadas parecidas a las de las calizas arrecifales que originan una arena blanca.


Esqueletos de invertebrados y una vértebra, son algunos de los restos de animales encontrados en esta playa.



En las grietas de las rocas abunda esta planta crasa.


Desde la segunda cala se puede acceder a pie a la playa de Lahwat, aunque hay una pista que sale desde la carretera que va a Alhucemas, no muy lejos de Jebha.

Lo sorprendente de esta playa es la enorme acumulación de cantos rodados cuya composición no tiene nada que ver con los materiales situados detrás de ella.


La perfecta forma redondeada y el pulimento de los cantos, hacen pensar que han debido ser arrastrados por los ríos hasta el mar. 


Vista de la playa  y el montículo que constituye el último enclave calizo de esta zona de la costa.


Los cantos han sido depositados de forma gradada desde la orilla del mar, donde se sitúan los más grandes, hacia el exterior de la playa, donde van siendo cada vez más pequeños, hasta finalmente desaparecer y encontrar solo una banda arcillosa; esto hace pensar que una vez  depositados en el fondo del mar, el oleaje los ha traído hasta la costa.

En los cantos más alejados de la orilla del mar, se observa un agrietamiento muy particular.


Este agrietamiento puede ser debido a los fenómenos de termoclastismo. Los cantos que no están cerca del agua, se calientan mucho, sobre todo en verano cuando están expuestos largas horas al sol y se dilatan, cuando se enfrían bruscamente, estallan.



Bandada de gaviotas patiamarillas en la playa (Larus michahellis).


Vista desde el mar de los acantilados calizos que cierran las tres pequeñas bahías.
Desde la playa se pueden avistar embarcaciones de pescadores que a veces aceptan llevar a los turistas a hacer un pequeño recorrido por los alrededores; también se puede contratar alguna barca en el puerto pesquero. 


En la base de los acantilados se abren algunas cuevas, como ésta, conocida con el nombre de la cueva de Abdelkrim.


Gaviotas y otras aves marinas anidan en los acantilados.



Este arco está situado en el saliente calizo occidental.


Ruinas de cuarteles españoles sobre la colina que domina el centro de la bahía de Marsadar.