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ESTE BLOG PRETENDE MOSTRAR LAS BELLEZAS NATURALES Y ETNOGRÁFICAS DE LA ZONA NOROCCIDENTAL DE MARRUECOS. PERTENECE A UN GRUPO DE AMIGOS QUE DESDE 2003 PRACTICA EL SENDERISMO TODOS LOS DOMINGOS POR LOS ALREDEDORES DE TETUÁN. CONTACTO: gorgueste@gmail.com

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MONOGRÁFICOS.

jueves, 23 de abril de 2015

EL JEBEL SIDI DAOUD Y LA ZAOUIA JABROUN EN BENI MESSAOUAR

Esta excursión se puede realizar en media jornada, es de fácil acceso, está muy cerca de Tetuán, no hay desniveles importantes y tiene fundamentalmente un contenido etnológico.
Se parte desde la pista que sale de la rotonda del fondak de Aïn Jadida, en la carretera Tánger-Tetuán y una buena parte puede hacerse en coche.
La finalidad es visitar la zaouia Jabroun y al cherif Mohammed El Ouahabi y subir al monte de Sidi Daoud, situados en la región de Beni Messaouar. En el mapa topográfico 1/50.000 se denomina a la región Menzla, este término indica el lugar donde se guardaban las mercancías que transportaban las caravanas que atravesaban la región para ir a Larache y donde se aseguraba su custodia durante tres días.

El recorrido completo tiene unos 14 km y pasa por los pueblos de Tijala, Aïn Moulatin, el barrio de Rouchah, la zaouia Jabroun, sube a Sidi Daoud y vuelve a la zaouia pasando por Ghrich Jemisa.
Al inicio de la pista hay un cementerio con tumbas muy antiguas marcadas por solo una losa de piedra entre las que se sitúa de vez en cuando alguna tumba más moderna.

Vista de Tijala.

Minarete muy estilizado situado debajo de Tijala.

Aldeas que se ven desde la pista enfrente de Tijala.

Aldeas enfrente de Tijala y al fondo, a la izquierda, asoma un poco Tetuán y el monte Dersa.

Aïn Moulatin desde la zaouia Jabroun.

Barrio de Rouchah desde la zaouia Jabroun.

Casa típica de la región, que aunque tienen el tejado de cinc como la mayoría de las casas de campo, no tiene patio interior. 
Mujer regando en Rouchah.

Horno típico de arcilla y paja.

Preparando la carbonera.

A lo lejos, la zaouia Jabroun. A la derecha el mausoleo y a la izquierda la casa del cherif El Ouahabi.

Este pozo, lleno de agua cristalina que casi rebosa, abastece a la zaouia, y, como puede observarse en la foto, está muy bien cuidado.  

La zaouia Jabroun.

En el mausoleo de la zaouia Jabroun está enterrado Sidi Mohamed ben Mohamed El Ouahabi, que participó en la batalla de los Tres Reyes, hijo de Abdelouahabeb, a su vez hijo de Moulay Abdessalam. Un ejemplo más de la importancia que adquirió la región bajo la influencia religiosa de Moulay Abdessalam, tras prestar ayuda sus habitantes a Abdelmalek Saadi en la batalla contra la invasión portuguesa. 
Según el cherif El Ouahabi, el santo, era un astrónomo y matemático que escribió un libro titulado: El cometa que atraviesa el Universo, según una traducción aproximada.
Durante la época del protectorado español el mausoleo fue restaurado (año musulmán 1312) y uno de los Ouahabi, que fue ministro de justicia del gobierno del Jalifa en Tetuán, fue enterrado aquí (año musulmán 1358).
La familia siempre tuvo muy buenas relaciones con los españoles, por considerar que eran una garantía para mantener la paz y la seguridad de la región.

Entrada al mausoleo. La familia del cherif se ocupa de su mantenimiento y lo tienen muy cuidado.

Tiene una estructura semejante a la de otros mausoleos de la región; consta de una mezquita rectangular donde se sitúa el catafalco sobre la tumba del santo, con una galería frontal y lateral porticada, en la que solían dormir los peregrinos, a la que se abren algunas ventanas desde las que se puede contemplar el interior de la mezquita. Al lado hay otro edificio que servía de cocina durante los moussem o romerías y un poco más arriba está la casa familiar, actualmente de tamaño reducido porque la antigua se hundió.

En  la galería se  encuentran algunas tumbas de notables de la familia Ouahabi.

Al final de la galería hay un pequeño habitáculo con una pileta con agua para realizar las abluciones.

Exterior de la galería lateral del mausoleo.

Interior del mausoleo.

Catafalco sobre la tumba del santo.

Interior del mausoleo con la qibla señalando el Este.

Ventana en la galería lateral.

Parigüelas para transportar a los muertos y tablas de madera sobre las que se coloca el cuerpo del difunto para lavarlo antes de envolverlo en el lienzo funerario.

Puerta de la casa familiar con el bidón donde se guarda el agua.

Porche de la casa familiar con columpios para los niños.

Otras viviendas de la zaouia Jabroun.

Horno familiar construido por el cherif  El Ouahabi.

Casa de la zaouia Jabroun.

Montaña de Sidi Daoud donde se conserva un pequeño bosquecillo de robles en torno al santuario situado en su cima.

Brotes de la planta Cytinus hypocistis o granadilla que parasita las raíces de la jara Cistus albidus. Cuando se abre muestra unas pequeñas florecillas blancas, o a veces amarillas, que sueltan un líquido dulce.

Durante la subida a la montaña de Sidi Daoud se divisa, mirando a Tánger,  el embalse de Ibn Batouta en Zinat.

También se ve, muy cerca, el área recreativa de Aïn Lahcen en la carretera de Tetuán -Tánger.

Al fondo, Tetuán.

Mirando hacia Anjera, el embalse colmatado de Ajraz.

Sobre los materiales disgregables del flysch de Beni Ider se instalan los campos de cultivo, a veces con excesiva pendiente, lo cual favorece la erosión, que abre cárcavas y pronunciados barrancos.

A mitad de ladera hay un nivel geológico impermeable, que permite el afloramiento de numerosos puntos de agua sobre los que se han construido una serie de fuentes. Estas consisten en una pileta rectangular excavada en el suelo en el lugar por donde brota el agua, la cual está protegida por muros de piedra y una techumbre. En la ladera Este, subiendo hacia la cumbre de sidi Daoud hay tres juntas y eran muy visitadas por los peregrinos que participaban en el moussem del santo.
Una de estas fuentes es la que aparece en la foto y es conocida como la fuente de los demonios (djenum). Los lugareños piensan que algunas enfermedades que sufren son provocadas por los demonios que se esconden aquí. Para curarse es necesario traerles ofrendas  consistentes en prendas del propio enfermo. En el momento de la visita en la fuente no sólo estaba la manta que se ve colgada, sino también varias camisetas,  un pantalón y pañales de bebé.

En la cumbre se encuentra el típico marabout o santuario, donde se supone que está enterrado el santo, en este caso Sidi Daoud;  es un simple recinto cuadrangular rodeado de muros de piedra seca no muy elevados, con una abertura para entrar.


Es frecuente que en el interior haya un árbol, pero en este caso no hay nada. El cherif  entró y rezó una plegaria.

El santuario, como es habitual, está rodeado de un bosquete de árboles centenarios. Se considera un lugar sagrado, que normalmente se utiliza como cementerio, y si alguien corta un árbol los espíritus que se refugian en él pueden castigarlo haciéndole perder el habla, volviéndolo ciego, paralizándolo o incluso provocándole la muerte.

Hasta ahora, esta creencia ha preservado al bosque de su destrucción y pueden verse impresionantes ejemplares de robles con los troncos y las ramas llenos de helechos.




Ejemplar centenario de Quercus canariensis o quejigo moro.

También se ven muchos árboles secos  y cada vez se teme menos a los espíritus.

Árbol cortado.

En épocas pasadas fue muy famosa en Tetuán y los alrededores la romería a Sidi Daoud, durante el Mauli o Moulud, miles de personas llegaban al santuario y se instalaban acampados en los claros del bosque. Pero hace unos 30 años las autoridades la prohibieron.


Durante el trayecto nos encontramos con numerosos animales, sobre todo aves, y con los fotografiados más abajo. El cherif nos contó que en la región había lobos, pero no está documentado  que los haya en Marruecos, aunque últimamente se habla de que pudiera haberlos en la zona de Beni Mellal, en el Atlas, a más de 700 km de aquí. Si se ven chacales, zorros y puercoespines.

Tortuga macho, con la escama de la zona anal recurvada hacia dentro. La región ventral la tenía hundida y llena de estrías originadas por el roce durante el acoplamiento.

Ciempiés de unos 20 cm de longitud.

Curilla o aceitera Berberomeloe majalis. Este coleóptero de élitros muy cortos y un largo abdomen negro con seis bandas rojas tiene un tamaño de 4 cm o más y es un endemismo iberomagrebí  muy abundante en toda la región a partir del mes de abril. Segrega un líquido anaranjado vesicante que produce irritación de la piel e incluso la formación de ampollas, por contener cantaridina. Hay un dicho que dice "si te pica un curilla, a la sepulturilla", aunque su veneno no llega a tanto.


El cherif nos comentó que hay gente que viene del sur con mapas que venden en Marrakech donde se señala el lugar donde existen tesoros escondidos. Algunos recurren a él para que los acompañe al lugar. Pero él piensa que la mitad de estos mapas son falsos y que incluso si son verdaderos, la posibilidad de encontrar un tesoro es muy pequeña, porque el propietario que lo enterró siempre hacía un maleficio o conjuro para que nadie que no fuese de su familia lo encontrase. Solo se podría descubrir si todos sus descendientes estuviesen muertos. 
Nos mostró un lugar llamado la piedra de Said donde recientemente habían excavado en busca de un tesoro. En un hueco de la roca había una moneda de un dirham, lo que le hacía suponer que, en este caso, habían encontrado el tesoro.
También vimos esta tumba del cementerio de Ghrich Jemisa, excavada hace muy poco para buscar un tesoro.

Casas del pueblo de Ghrich Jemisa situado a media ladera SW de la montaña de Sidi Daoud.

El pueblo de Ghrich Jemisa tenía fama de tener mucha gente rica porque eran propietarios de ganado y vendían madera, las casas que quedan en pie así lo atestiguan, pero en la actualidad la gente ha emigrado a Tánger y Tetuán y la mayoría de las casas están hundidas. La cercanía de estas dos ciudades ha influido en la despoblación del campo en toda la región.

Casas habitadas de Ghrich Jemisa y ruinas de otras.

Para escolarizar a los niños de una población tan dispersa y sin medios de comunicación, las escuelas se han construido en lugares aislados equidistantes de las aldeas y tanto los niños como los maestros tienen que ir andando. Esto supone un enorme problema porque cuando llegan las lluvias y el frío todos tienen dificultades para acceder a ellas.
Casas abandonadas de Ghrich Jemisa, algunas se utilizan actualmente para guardar el ganado.

Ruinas de las casas.

Aspecto del pueblo del Ghrich Jemisa.

Camino entre Ghrich Jemisa y la zaouia Jabroun.

Paisaje florido en los límites del camino.

Caléndulas salvajes.

Situación del pueblo de Ghrich Jemisa donde está el árbol grande, con el jebel de Sidi Daoud al fondo.

Fuente entre  Ghrich Jemisa y Zaouia Jabroun con parapeto de piedra semejante al que tienen las de la vertiente Este. 

 

Otra singularidad de las fuentes visitadas es que desde el borde externo del suelo descienden unos peldaños hechos de piedra que  bajan a la zona más profunda del fondo excavado.

Campesina cuidando el ganado.


Entre las aves de corral es frecuente encontrar pavos reales y gallinas de Guinea. Estas fotos son del patio de la casa  que el cherif tiene en Souk Litnin Beni Harchen. La pava se había muerto hacía unos días, y el pavo, un poco desconcertado extendía sus plumas cada vez que una gallina de Guinea se le ponía delante.