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ESTE BLOG PRETENDE MOSTRAR LAS BELLEZAS NATURALES Y ETNOGRÁFICAS DE LA ZONA NOROCCIDENTAL DE MARRUECOS. PERTENECE A UN GRUPO DE AMIGOS QUE DESDE 2003 PRACTICA EL SENDERISMO TODOS LOS DOMINGOS POR LOS ALREDEDORES DE TETUÁN. CONTACTO: gorgueste@gmail.com

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MONOGRÁFICOS.

lunes, 20 de enero de 2020

JEBEL TISIRENE (JBEL TIZIRANE) EN BAB BERRED


El jebel Tisirene está situado sobre Bab Berred (puerta del frío) y tiene un acceso fácil porque hasta el pueblo se puede llegar por la carretera N-2 que va desde Tetuán hasta Ouxda y una vez allí hay una pista que sale del centro del pueblo y llega hasta la cumbre. Desde Tetuán hay 128 km y se tarda unas 2:45 h en llegar.  Desde Chauen hay 68 km.
Es una montaña con morfología tabular (de artesa invertida, con una cumbre casi plana), fácil de identificar desde cualquier cumbre de las montañas circundantes porque su morfología no es muy característica de los relieves de la cordillera del Rif. La altitud máxima es de 2106 m.


Jebel Tisiren visto desde la cumbre del Jebel Akrâa. A lo lejos se ve la cumbre nevada del Tidighin.

Esta montaña no solo tiene la singularidad de su morfología, además, a nivel geológico es un enclave ideal para estudiar la capa del flysch de Tisirene, sobre todo en el farallón que da sobre la carretera, a unos 4 km antes de llegar a Bab Berred, y está recubierta por un bosque casi puro de cedros que no se vuelve a encontrar hasta llegar a Issaguen, en la región de Ketama.

Talud sobre la carretera con los estratos de la capa del flysch de Tisirene.

Bosque de cedros del Tisirene (Cedrus atlantica).

Geología

Mapa geológico de la zona.

En el mapa geológico se observa como los materiales situados en la esquina superior izquierda, representados por colores vivos, se ponen en contacto con los representados en color verde oscuro siguiendo, más o menos, una línea casi continua. Esto es debido a la presencia de un importante accidente tectónico, la falla de Jebha-Asifan-Amatrasse, que pone en contacto la dorsal calcárea situada al NW con el flysch de Tisirene.


Corte de la capa del flysch de Tisirene y columna estratigráfica cerca de Targuist.

En este magnífico acantilado de la base sur del jebel Tisirene puede verse un apilamiento de estratos delgados con un ligero buzamiento norte que tiene unos 1000 m de espesor de bancos turbidíticos silicoclásticos (areniscas), alternándose con otros argilo-pelíticos, agrupados por ciclos jerarquizados, del Cretácico inferior. Lamentablemente el lugar está convertido en un basurero.

Las edades determinadas para estas capas van desde el Berriasiense al Albiense inferior, pero la capa completa de Tisirene tiene términos más elevados que suben hasta el Albiense superior ( 145,5 Ma-99,5 Ma). La base es una serie pelágica del Jurásico medio-superior y está  formada por escamas de radiolaritas, basaltos almohadillados y calizas margosas. Se supone que esta formación afloró en superficie durante el Mioceno superior.
La capa de Tisiren cabalga sobre la parte interna de la unidad de Tánger (Cretácico superior).

Al fondo se puede ver las crestas de la dorsal calcárea  (jebel Akrâa, jebel Akroud y jebel Taloussisse) que se interrumpen bruscamente por la falla de Jebha y entran en contacto con  el flysch de Tisirene.

El cedral del jebel Tisirene

El cedro (Cedrus atlantica), por su resistencia al frío, ocupa el límite altitudinal superior del bosque en el norte de África, en ambientes húmedos e hiperhúmedos, llegando hasta los 2800 m (nivel superior del piso supramediterráneo y nivel inferior del piso oromediterráneo). El cedro aguanta prolongadas sequías, intensa insolación en verano y fuertes heladas en invierno.
Aunque siempre se piensa que los cedros marroquíes solo se encuentran en el Medio y Alto Atlas, lo cierto es que también los encontramos en algunas zonas del Rif occidental y central, aunque aquí el área propicia  es muy reducida. Es frecuente encontrarlos sobre suelos calizos en formaciones mixtas mezclado con abetos (Abies maroccana) en los alrededores de Chauen (Talassamtane, Magot y Tizouka)  o con el quejigo moro (Quercus canariensis) en el Bouhachem, sobre suelo silíceo y en el Kelti sobre suelo calizo, acompañados del pino rodeno (Pinus pinaster var. maghrebiana), la sabina negra (Juniperus phoenicea), el tejo (Taxus baccata), la encina (Quercus ilex), el agracejo (Berberis vulgaris subsp. australis), el arce (Acer opalus subsp. granatense), el acebo (Ilex aquifolium), el espino albar (Crataegus laciniata) y la peonía (Paeonia coriacea var.maroccana). 

Bosque mixto de cedro, quejigo moro y encina en el jebel Kelti.

Bosque mixto de cedro, quejigo moro, loro y encina en el jebel Tisirene.

Un arbusto bastante común, endémico de los bosques de cedros y abetos marroquíes, es una leguminosa de grandes hojas trifoliadas recubiertas de un tomento sedoso-plateado, Argyrocytisus battandieri.

Fabácea Argyrocytisus battandieri.

Los cedrales puros aparecen sobre todo en el Rif central silíceo y en Tazeka con gran densidad de ejemplares que crecen sobre un suelo permanentemente sombreado que está recubierto de una gruesa capa de humus negro producido por las hojas de los cedros en descomposición. Los arbustos que aparecen son los descritos anteriormente pero son muy escasos y con frecuencia faltan totalmente. El estrato herbáceo es igualmente pobre. En los claros del bosque y a lo largo de los arroyos la diversidad aumenta y podemos encontrar el loro (Prunus lusitanica), el abedul (Betula pendula subsp. fontqueri) o el endemismo Daphne laureola subsp. latifolia.

Loro (Prunus lusitanica) en el Tisirene.

Adelfilla (Daphne laureola subsp. latifolia) en el Tisirene.

La totalidad de los cedrales del Rif son propiedad del estado y la superficie de 17.703 ha  que se censó en 1955  ha disminuido considerablemente por la tala para ampliar las tierras de cultivo. En Gomara-Rif se encuentran dos variedades, la variedad parvifolia de hojas cortas y verdes, abundante en los cedrales de Gomara-Chauen (Isulgan, Tisirene, Bab Tazziat, Anasar, Bab Besen y Akankeben, Tadia y Tamorot) y en los del Rif central (Tidighin, Tleta de Ketama, Beni Hannus, jebel Aars, Iguermalet-Tizi Ifri y en el jebel Dah-Doh); y la variedad argentea de hojas más largas y plateadas que forma un bosque puro en Afestal, antes de llegar a Bab Berred.

Itinerario

Itinerario sobre Google Earth.

El que nosotros hemos realizado tiene 15 km y hemos tardado 6 horas porque hemos parado numerosas veces y hemos comido en la cumbre. Sólo hemos seguido la pista los primeros 2-3 km y el resto del recorrido lo hemos realizado por senderos que iban hacia el norte, durante la subida, y, siguiendo un riachuelo durante la bajada.
Hay que llegar en coche hasta el centro del pueblo de Bab Berred que siempre está muy animado porque es un importante lugar de comercio para los habitantes de los pueblos cercanos. Si se tiene tiempo, durante el viaje se puede hacer una parada a desayunar en Charafat y visitar su cascada.

Charafat, café junto a la cascada.

Cascada de Charafat.

Zona comercial en Bab Berred.

En Bab Berred conviene aparcar el coche junto a la carretera.

Aparcamiento en Bab Berred.

Una vez aparcados los coches, se cruza la carretera general y enfrente del aparcamiento sale una calle en cuesta, en dirección norte, paralela a la tapia del cementerio. Allí estamos a 1228 m de altitud y tendremos que subir hasta 2106 m.

Calle de subida hacia la pista que lleva al Tisirene.

Al final de esta calle se llega a un cruce de pistas y hay que coger la de la izquierda que se dirige hacia el W y discurre entre unos pinares de repoblación. Pronto llegaremos a un depósito de agua con una cúpula muy grande que nos confirmará que vamos por el buen camino. A partir de aquí si no dejamos la ancha pista por la que pueden transitar coches de todo tipo, tras un continuo y prolongado ascenso llegaremos a la cumbre.

La pista entre los pinares de repoblación.


Vista de Bab Berred desde el inicio de la pista.


Mujeres del pueblo que suben al monte a buscar leña.

Abandonado el pinar, se llega a una zona de matorral y sobre los 1500 m de altitud los cedros empiezan a aparecer, primero grandes ejemplares sueltos  y luego cedros jóvenes.

La pista al inicio del cedral de Tisirene con un gran cedro y al fondo cedros de repoblación.

Cedro aislado de gran porte.

Cono o piña de cedro.

Aunque el cedro ocupa normalmente las laderas norte, en el Tisirene ocupa también las zonas sureste-suroeste y se cree que esta puede ser la causa de que sea atacado con mayor frecuencia de la habitual por los hongos xilófagos como el Trametes pini.

Tronco cortado invadido por hongos.

Cedros jóvenes de repoblación.

A medida que subimos se entra en un bosque de cedros jóvenes entre los que suele encontrarse algún cedro centenario. Desde 1944 a 1956 se repoblaron en la región 1200 ha de cedrales degradados en los que se plantaron cedro y pino laricio. En los lugares donde había matorral rastrero se introdujeron: Pinus ponderosa, Pinus brutia, Pinus nigra atlantica, Pinus leucodermis, Pinus lambertiana, Pinus pinaster, Pinus radiata y Pinus nigra austriaca, dependiendo de si el suelo era calizo o ácido.

Bosque de pinos repoblados en la parte baja del Tisirene.

En los trabajos de exploración que se hicieron en 1932 se dice que en los cedrales de Gomara había unos 700 árboles/ha con una altura promedio de 12 m, existiendo ejemplares que  podían llegar a tener 1,2 m de diámetro y más de 40 m de altura.
En el censo forestal de 1953 había en el Tisirene 600 ha de cedral puro y era explotado forestalmente por la Compañía Agrícola Forestal S.A. a quien se le autorizó extraer 800 m3  de madera. En la actualidad no hay explotación forestal.

Situación de los bosques de cedros en color verde claro luminoso.

Viejo tronco de cedro cortado.

En la foto puede verse un grueso tronco antiguo de un cedro cortado y tres pequeños troncos cortados más recientemente.

Tronco de cedro de la época de la explotación maderera.

Otro tronco de cedro gigantesco, en esta caso de Tizzi Ifri.

Desde la pista salen atajos que acortan el recorrido y a media altura es posible seguir un sendero que conduce hasta la zona norte de la cumbre. Por estos senderos se atraviesan lugares con claros donde el cedro se mezcla con otros árboles y arbustos, arroyos, fuentes, un lago, y zonas con cedros de gran porte.


Cedros mezclados con encinas y quejigos.


En la izquierda de la pista aparece un acebo.


Frutos del acebo.


Arces (Acer opalus subsp. granatense).


 Hojas secas de arce.


Bosque puro de cedros con escaso sotobosque.


Cedros de gran tamaño junto al sendero.


Cedros de gran tamaño y troncos cortados.


Tronco quemado de cedro muerto  y cedro de gran tamaño.


Viejo tronco podrido.


Árbol cortado y abandonado.


Cedro muerto pudriéndose.


Aunque la mejor época del año para encontrar setas en el cedral es en primavera, en otoño también puede  verse numerosas especies que crecen en el humus o sobre los troncos.


Amanita sp.

De esta especie encontramos muchísimas.


Macrolepiota sp.


Lago helado de escasa profundidad.


Senderistas y  un pastor con su rebaño en el lago.


Otro pastor.


Cuando se llega a la cumbre sorprende el cambio de porte de los cedros centenarios con respecto a los que hemos encontrado en las laderas. Los esbeltos y frondosos ejemplares se vuelven allí retorcidos y chaparros, poniendo de manifiesto las duras condiciones climáticas de temperaturas extremas y fuertes vientos que han debido soportar.


Cedros de la cumbre con gruesos troncos retorcidos que apenas miden 3 m de alto.


Cedros de la cumbre.


Cedro parcialmente descortezado y con ramas retorcidas.


Cedro tronchado tratando de sobrevivir.


Viejo tronco de un cedro muerto.


Cedro retorcido dando sombra a un merendero improvisado con rocas areniscas del flisch de Tisirene.

Fuego en la cumbre para preparar el té.

Los fines de semana, sobre todo si ha nevado, además de los senderistas,  suben en vehículos de todo tipo multitud de turistas que se quedan en la cumbre cerca de la pista donde han situado un placa con el nombre de la montaña y su altitud o bien se desparraman por todos los rincones cercanos.


Senderistas junto al cartel indicador de la altura máxima.

Un paseo por la cumbre alargada permite observar bellas panorámicas de los parajes de los alrededores como: el final de la dorsal calcárea del jebel Akrâa a Asifan, con el mar al fondo; el contacto de diferentes materiales geológicos por la falla de Jebha; las cumbres nevadas del Jebel Tidighin y la región hacia Taounate o la zona hacia el jebel Khessana.

Talud del jebel Tisirene que da a la carretera que viene de Chaouen.

Pueblos y campos de cultivos al sur del Tisirene.

Amatrasse y el jebel Bouhalla.

El jebel Akroud, el jebel Taloussisse y el Jebel Akrâ.

Al fondo el Jebel Khessana.

Cumbre nevada del Tidighin.

La vuelta a Bab Berred la realizamos por un sendero que baja hasta una fuente y desde allí cogimos otro sendero que va paralelo a un riachuelo que desciende formando pequeñas cascadas. A lo largo del arroyo, entre el tupido bosque de loro, detectamos la presencia de macacos por sus gritos de alerta y el movimiento de las ramas, aunque no los llegamos a ver. El sendero acaba en la pista en una zona de matorral un poco antes de llegar a los pinares cercanos a pueblo.

Inicio del riachuelo que sale debajo de la fuente.

Pequeña cascada más abajo.

Horno situado junto al camino a la entrada del pueblo.

Atajo desde la pista hacia el pueblo.

Cuesta de bajada junto al cementerio por la que pasamos a la subida.

Aunque el gato parece que está junto a una barca, Bab Berred no tiene ambiente marinero.

Vuelta al punto de inicio junto a la carretera donde dejamos los coches.