El jebel Tisirene
está situado sobre Bab Berred (puerta del frío) y tiene un acceso fácil porque
hasta el pueblo se puede llegar por la carretera N-2 que va desde Tetuán hasta
Ouxda y una vez allí hay una pista que sale del centro del pueblo y llega hasta
la cumbre. Desde Tetuán hay 128 km y se tarda unas 2:45 h en llegar. Desde Chauen hay 68 km.
Es una montaña con
morfología tabular (de artesa invertida, con una cumbre casi plana), fácil de
identificar desde cualquier cumbre de las montañas circundantes porque su
morfología no es muy característica de los relieves de la cordillera del Rif.
La altitud máxima es de 2106 m.
Jebel Tisiren visto
desde la cumbre del Jebel Akrâa. A lo lejos se ve la cumbre nevada del Tidighin.
Esta montaña no solo
tiene la singularidad de su morfología, además, a nivel geológico es un enclave
ideal para estudiar la capa del flysch de Tisirene, sobre todo en el farallón
que da sobre la carretera, a unos 4 km antes de llegar a Bab Berred, y está
recubierta por un bosque casi puro de cedros que no se vuelve a encontrar hasta
llegar a Issaguen, en la región de Ketama.
Talud sobre la
carretera con los estratos de la capa del flysch de Tisirene.
Bosque de cedros del
Tisirene (Cedrus atlantica).
Geología
Mapa geológico de la
zona.
En el mapa geológico
se observa como los materiales situados en la esquina superior izquierda,
representados por colores vivos, se ponen en contacto con los representados en
color verde oscuro siguiendo, más o menos, una línea casi continua. Esto es
debido a la presencia de un importante accidente tectónico, la falla de
Jebha-Asifan-Amatrasse, que pone en contacto la dorsal calcárea situada al NW
con el flysch de Tisirene.
Corte de la capa del
flysch de Tisirene y columna estratigráfica cerca de Targuist.
En este magnífico
acantilado de la base sur del jebel Tisirene puede verse un apilamiento de
estratos delgados con un ligero buzamiento norte que tiene unos 1000 m de
espesor de bancos turbidíticos silicoclásticos (areniscas), alternándose con
otros argilo-pelíticos, agrupados por ciclos jerarquizados, del Cretácico inferior.
Lamentablemente el lugar está convertido en un basurero.
Las edades determinadas para estas capas van desde el Berriasiense al Albiense inferior, pero la capa completa de Tisirene tiene términos más elevados que suben hasta el Albiense superior ( 145,5 Ma-99,5 Ma). La base es una serie pelágica del Jurásico medio-superior y está formada por escamas de radiolaritas, basaltos almohadillados y calizas margosas. Se supone que esta formación afloró en superficie durante el Mioceno superior.
La capa de Tisiren
cabalga sobre la parte interna de la unidad de Tánger (Cretácico superior).
Al fondo se puede
ver las crestas de la dorsal calcárea
(jebel Akrâa, jebel Akroud y jebel Taloussisse) que se interrumpen
bruscamente por la falla de Jebha y entran en contacto con el flysch de Tisirene.
El cedral del jebel Tisirene
El cedro (Cedrus atlantica), por su resistencia al
frío, ocupa el límite altitudinal superior del bosque en el norte de África, en
ambientes húmedos e hiperhúmedos, llegando hasta los 2800 m (nivel superior del
piso supramediterráneo y nivel inferior del piso oromediterráneo). El cedro
aguanta prolongadas sequías, intensa insolación en verano y fuertes heladas en
invierno.
Aunque siempre se
piensa que los cedros marroquíes solo se encuentran en el Medio y Alto Atlas,
lo cierto es que también los encontramos en algunas zonas del Rif occidental y
central, aunque aquí el área propicia es
muy reducida. Es frecuente encontrarlos sobre suelos calizos en formaciones
mixtas mezclado con abetos (Abies
maroccana) en los alrededores de Chauen (Talassamtane, Magot y
Tizouka) o con el quejigo moro (Quercus canariensis) en el Bouhachem,
sobre suelo silíceo y en el Kelti sobre suelo calizo, acompañados del pino
rodeno (Pinus pinaster var. maghrebiana),
la sabina negra (Juniperus phoenicea),
el tejo (Taxus baccata), la encina (Quercus ilex), el agracejo (Berberis vulgaris subsp. australis), el
arce (Acer opalus subsp. granatense),
el acebo (Ilex aquifolium), el espino
albar (Crataegus laciniata) y la
peonía (Paeonia coriacea var.maroccana).
Bosque mixto de
cedro, quejigo moro y encina en el jebel Kelti.
Bosque mixto de
cedro, quejigo moro, loro y encina en el jebel Tisirene.
Un arbusto bastante
común, endémico de los bosques de cedros y abetos marroquíes, es una leguminosa
de grandes hojas trifoliadas recubiertas de un tomento sedoso-plateado, Argyrocytisus battandieri.
Fabácea Argyrocytisus battandieri.
Los cedrales puros
aparecen sobre todo en el Rif central silíceo y en Tazeka con gran densidad de
ejemplares que crecen sobre un suelo permanentemente sombreado que está
recubierto de una gruesa capa de humus negro producido por las hojas de los
cedros en descomposición. Los arbustos que aparecen son los descritos
anteriormente pero son muy escasos y con frecuencia faltan totalmente. El
estrato herbáceo es igualmente pobre. En los claros del bosque y a lo largo de
los arroyos la diversidad aumenta y podemos encontrar el loro (Prunus lusitanica), el abedul (Betula pendula subsp. fontqueri) o el
endemismo Daphne laureola subsp.
latifolia.
Loro (Prunus lusitanica) en el Tisirene.
Adelfilla (Daphne
laureola subsp. latifolia) en el
Tisirene.
La totalidad de los
cedrales del Rif son propiedad del estado y la superficie de 17.703 ha que se censó en 1955 ha disminuido considerablemente por la tala
para ampliar las tierras de cultivo. En Gomara-Rif se encuentran dos
variedades, la variedad parvifolia de hojas cortas y verdes, abundante en los
cedrales de Gomara-Chauen (Isulgan, Tisirene, Bab Tazziat, Anasar, Bab Besen y
Akankeben, Tadia y Tamorot) y en los del Rif central (Tidighin, Tleta de
Ketama, Beni Hannus, jebel Aars, Iguermalet-Tizi Ifri y en el jebel Dah-Doh); y
la variedad argentea de hojas más largas y plateadas que forma un bosque puro
en Afestal, antes de llegar a Bab Berred.
Itinerario
Itinerario sobre
Google Earth.
El que nosotros
hemos realizado tiene 15 km y hemos tardado 6 horas porque hemos parado
numerosas veces y hemos comido en la cumbre. Sólo hemos seguido la pista los
primeros 2-3 km y el resto del recorrido lo hemos realizado por senderos que
iban hacia el norte, durante la subida, y, siguiendo un riachuelo durante la
bajada.
Hay que llegar en
coche hasta el centro del pueblo de Bab Berred que siempre está muy animado
porque es un importante lugar de comercio para los habitantes de los pueblos
cercanos. Si se tiene tiempo, durante el viaje se puede hacer una parada a
desayunar en Charafat y visitar su cascada.
Charafat, café junto
a la cascada.
Cascada
de Charafat.
Zona
comercial en Bab Berred.
En Bab Berred
conviene aparcar el coche junto a la carretera.
Aparcamiento
en Bab Berred.
Una
vez aparcados los coches, se cruza la carretera general y enfrente del
aparcamiento sale una calle en cuesta, en dirección norte, paralela a la tapia
del cementerio. Allí estamos a 1228 m de altitud y tendremos que subir hasta
2106 m.
Calle
de subida hacia la pista que lleva al Tisirene.
Al
final de esta calle se llega a un cruce de pistas y hay que coger la de la
izquierda que se dirige hacia el W y discurre entre unos pinares de
repoblación. Pronto llegaremos a un depósito de agua con una cúpula muy grande
que nos confirmará que vamos por el buen camino. A partir de aquí si no dejamos
la ancha pista por la que pueden transitar coches de todo tipo, tras un
continuo y prolongado ascenso llegaremos a la cumbre.
La
pista entre los pinares de repoblación.
Vista de Bab Berred desde el inicio de la pista.
Mujeres del pueblo que suben al monte a buscar leña.
Vista de Bab Berred desde el inicio de la pista.
Mujeres del pueblo que suben al monte a buscar leña.
Abandonado
el pinar, se llega a una zona de matorral y sobre los 1500 m de altitud los
cedros empiezan a aparecer, primero grandes ejemplares sueltos y luego cedros jóvenes.
La
pista al inicio del cedral de Tisirene con un gran cedro y al fondo cedros de
repoblación.
Cedro
aislado de gran porte.
Cono o
piña de cedro.
Aunque el cedro
ocupa normalmente las laderas norte, en el Tisirene ocupa también las zonas
sureste-suroeste y se cree que esta puede ser la causa de que sea atacado con
mayor frecuencia de la habitual por los hongos xilófagos como el Trametes pini.
Tronco
cortado invadido por hongos.
Cedros
jóvenes de repoblación.
A
medida que subimos se entra en un bosque de cedros jóvenes entre los que suele
encontrarse algún cedro centenario. Desde 1944 a 1956 se repoblaron en la
región 1200 ha de cedrales degradados en los que se plantaron cedro y pino
laricio. En los lugares donde había matorral rastrero se introdujeron: Pinus ponderosa, Pinus brutia, Pinus nigra
atlantica, Pinus leucodermis, Pinus lambertiana, Pinus pinaster, Pinus radiata
y Pinus nigra austriaca, dependiendo de si el suelo era calizo o ácido.
Bosque
de pinos repoblados en la parte baja del Tisirene.
En los trabajos de
exploración que se hicieron en 1932 se dice que en los cedrales de Gomara había
unos 700 árboles/ha con una altura promedio de 12 m, existiendo ejemplares
que podían llegar a tener 1,2 m de
diámetro y más de 40 m de altura.
En el censo forestal de 1953 había en el Tisirene 600
ha de cedral puro y era explotado forestalmente por la Compañía Agrícola
Forestal S.A. a quien se le autorizó extraer 800 m3 de madera. En la actualidad no hay
explotación forestal.
Situación
de los bosques de cedros en color verde claro luminoso.
Viejo
tronco de cedro cortado.
En la
foto puede verse un grueso tronco antiguo de un cedro cortado y tres pequeños troncos cortados más
recientemente.
Tronco
de cedro de la época de la explotación maderera.
Otro
tronco de cedro gigantesco, en esta caso de Tizzi Ifri.
Desde la pista salen
atajos que acortan el recorrido y a media altura es posible seguir un sendero
que conduce hasta la zona norte de la cumbre. Por estos senderos se atraviesan
lugares con claros donde el cedro se mezcla con otros árboles y arbustos,
arroyos, fuentes, un lago, y zonas con cedros de gran porte.
Cedros
mezclados con encinas y quejigos.
En la izquierda de la pista aparece un acebo.
Frutos del acebo.
Arces (Acer opalus subsp. granatense).
Hojas secas de arce.
Bosque puro de cedros con escaso sotobosque.
Cedros de gran tamaño junto al sendero.
Cedros de gran tamaño y troncos cortados.
Tronco quemado de cedro muerto y cedro de gran tamaño.
Viejo tronco podrido.
Árbol cortado y abandonado.
Cedro muerto pudriéndose.
Amanita sp.
De esta especie encontramos muchísimas.
Macrolepiota sp.
Lago helado de escasa profundidad.
Senderistas y un pastor con su rebaño en el lago.
Otro pastor.
Cedros de la cumbre con gruesos troncos retorcidos que apenas miden 3 m de alto.
Cedros de la cumbre.
Cedro parcialmente descortezado y con ramas retorcidas.
Cedro tronchado tratando de sobrevivir.
Viejo tronco de un cedro muerto.
Cedro retorcido dando sombra a un merendero improvisado con rocas areniscas del flisch de Tisirene.
En la izquierda de la pista aparece un acebo.
Frutos del acebo.
Arces (Acer opalus subsp. granatense).
Hojas secas de arce.
Bosque puro de cedros con escaso sotobosque.
Cedros de gran tamaño junto al sendero.
Cedros de gran tamaño y troncos cortados.
Tronco quemado de cedro muerto y cedro de gran tamaño.
Viejo tronco podrido.
Árbol cortado y abandonado.
Cedro muerto pudriéndose.
Aunque la mejor época del año para encontrar setas en el cedral es en primavera, en otoño también puede verse numerosas especies que crecen en el humus o sobre los troncos.
Amanita sp.
De esta especie encontramos muchísimas.
Macrolepiota sp.
Lago helado de escasa profundidad.
Senderistas y un pastor con su rebaño en el lago.
Otro pastor.
Cuando
se llega a la cumbre sorprende el cambio de porte de los cedros centenarios con
respecto a los que hemos encontrado en las laderas. Los esbeltos y frondosos
ejemplares se vuelven allí retorcidos y chaparros, poniendo de manifiesto las
duras condiciones climáticas de temperaturas extremas y fuertes vientos que han
debido soportar.
Cedros de la cumbre con gruesos troncos retorcidos que apenas miden 3 m de alto.
Cedros de la cumbre.
Cedro parcialmente descortezado y con ramas retorcidas.
Cedro tronchado tratando de sobrevivir.
Viejo tronco de un cedro muerto.
Cedro retorcido dando sombra a un merendero improvisado con rocas areniscas del flisch de Tisirene.
Los
fines de semana, sobre todo si ha nevado, además de los senderistas, suben en vehículos de todo tipo
multitud de turistas que se quedan en la cumbre cerca de la pista donde han
situado un placa con el nombre de la montaña y su altitud o bien se desparraman
por todos los rincones cercanos.
Senderistas junto al cartel indicador de la altura máxima.
Un
paseo por la cumbre alargada permite observar bellas panorámicas de los parajes
de los alrededores como: el final de la dorsal calcárea del jebel Akrâa a
Asifan, con el mar al fondo; el contacto de diferentes materiales geológicos
por la falla de Jebha; las cumbres nevadas del Jebel Tidighin y la región hacia
Taounate o la zona hacia el jebel Khessana.
Talud
del jebel Tisirene que da a la carretera que viene de Chaouen.
Pueblos
y campos de cultivos al sur del Tisirene.
Amatrasse
y el jebel Bouhalla.
El
jebel Akroud, el jebel Taloussisse y el Jebel Akrâ.
Al
fondo el Jebel Khessana.
Cumbre
nevada del Tidighin.
La
vuelta a Bab Berred la realizamos por un sendero que baja hasta una fuente y
desde allí cogimos otro sendero que va paralelo a un riachuelo que desciende
formando pequeñas cascadas. A lo largo del arroyo, entre el tupido bosque de
loro, detectamos la presencia de macacos por sus gritos de alerta y el
movimiento de las ramas, aunque no los llegamos a ver. El sendero acaba en la
pista en una zona de matorral un poco antes de llegar a los pinares cercanos a
pueblo.
Inicio
del riachuelo que sale debajo de la fuente.
Pequeña
cascada más abajo.
Horno
situado junto al camino a la entrada del pueblo.
Atajo
desde la pista hacia el pueblo.
Cuesta
de bajada junto al cementerio por la que pasamos a la subida.
Aunque
el gato parece que está junto a una barca, Bab Berred no tiene ambiente
marinero.
Vuelta
al punto de inicio junto a la carretera donde dejamos los coches.
No hay comentarios:
Publicar un comentario