El cementerio musulmán de Tetuán es el mayor de los tres grandes cementerios existentes y está situado al norte de la ciudad antigua en la parte más llana de la ladera del Dersa y fuera de la muralla.
Desde el barrio del Blad, el núcleo más antiguo de la ciudad, se accede a él a través de Bab Mkbara (la puerta del cementerio).
Las tumbas más antiguas datan de la época de la reconstrucción de la ciudad, sobre 1483, por el granadino Sidi Ali Al Mandri, que abandonó el reino nazarí ante el avance de las tropas de los Reyes Católicos hacia Granada. Cuando llegó aquí, con un grupo de exiliados, obtuvo la autorización del sultán para construir una nueva ciudad sobre las ruinas de la anterior.
Estos granadinos construyeron las primeras murallas y las puertas principales, así como la alcazaba de Sidi Al Mandri y las tumbas de los mudjahidines.
Además de este cementerio, existen otros en diferentes barrios de la ciudad y en el interior de algunas mezquitas y zauias.
Panorámica de Google Earth del cementerio musulmán completo y una parte del cementerio judío en la esquina superior izquierda. Desde enfrente de la puerta del cementerio judío sale una calle principal que se dirige hacia Bab Mkbara y lo divide en dos. Una vez atravesada la puerta se prolonga hasta Bab Nuader.
Bab Mkbara (la puerta del cementerio).
Tumbas cercanas a las murallas de la Medina.
Panorámica de los cementerios desde el Dersa. En primer término, cerrado por el muro, la parte alta del cementerio judío; al fondo el cementerio musulmán: a la derecha parte del cementerio antiguo y a la izquierda el cementerio nuevo.
Panorámica desde el mirador de la alcazaba hacia el valle del río Martil. En primer término a la izquierda uno de los mausoleos (darij) de los mujaidin.
Panorámica desde la parte alta del cementerio hacia el Gorgues y el Bouzaitun.
Zona situada junto a las murallas debajo de la alcazaba con dos mausoleos.
Mausoleo antiguo fabricado en ladrillo.
En la parte alta más cercana a la muralla de la alcazaba se encuentran una veintena de mausoleos en los que predomina la forma cúbica coronada por una cúpula, aunque algunos carecen de ella. Se conocen con el nombre de las tumbas de los mujaidin o combatientes por la fe musulmana. Las informaciones obtenidas sobre estos mausoleos no son muy precisas ni en cuanto a su fecha de construcción ni en cuanto a quién está enterrado allí. Aunque hay unanimidad en que son tumbas de combatientes destacados en la lucha contra los invasores cristianos y que son muy antiguas; no la hay tanto en cuanto a su edad concreta, porque probablemente sean de épocas diferentes, ni tampoco la hay en cuanto a en qué batallas participaron las personas enterradas allí. En algunas reseñas se datan en el s. XVI y se dice que pertenecen a los primeros granadinos que se instalaron en la ciudad junto a Sidi Ali Al Mandri, mientras que en otras citas se dice que corresponden a combatientes caídos en sucesivas batallas que han tenido lugar en la región contra Ceuta e incluso que algunos son recientes y pertenecen a combatientes destacados muertos durante las guerras contra las tropas españolas en las etapas previas a la instalación del protectorado. Con independencia de la fecha de su construcción, lo que si parece cierto es que pertenecen a héroes del pasado que han luchado contra los invasores y por tanto son monumentos importantes del patrimonio histórico y cultural de la ciudad. Desde algunas asociaciones que se ocupan de la defensa de este patrimonio, como Association Tétouan Asmir, se solicita a las autoridades, insistentemente, que se ocupen de la restauración de ellos ya que algunos están muy deteriorados. En fechas recientes se han encalado, pero esta actuación no es suficiente para su mantenimiento.
Como están techados, habitualmente son utilizados para dormir por las personas sin casa y en su interior hacen fuego y están completamente ahumados.
Dos mausoleos en la parte alta del cementerio: con cúpula y sin ella.
Mausoleo ahumado por el fuego que hacen las personas que duermen en él.
Las tumbas de los
cementerios musulmanes son generalmente muy sencillas y en muchos casos solo
están delimitadas por unas piedras de pequeño tamaño, aunque en la posición de la cabeza suele haber una laja plana más grande, pero en este cementerio no suelen ser así.
Antiguo cementerio de los mujahidines en Fejjerîh donde las tumbas están delimitadas por piedras.
Antiguo cementerio de los mujahidines de Tazrut con una estela sencilla.
En las tumbas antiguas
de personas notables se puede encontrar sin embargo estelas funerarias
decoradas y a veces con inscripciones y formas antropomorfas.
Se mostrarán a continuación fotos de algunas estelas funerarias que se conservan en el patio
del museo arqueológico de la ciudad.
En la publicación de Enrique Gozalbes Cravioto, de la Universidad de
Castilla la Mancha: LOS INICIOS DE LA INVESTIGACIÓN ESPAÑOLA SOBRE ARQUEOLOGÍA Y ARTE
ÁRABES EN MARRUECOS (1860-1960), Boletín de la Asociación Española de
Orientalistas, XLI (2005) 225-246, se comenta que César Luis de Montalbán realizó un estudio del cementerio musulmán de Tetuán y de una
colección de estelas funerarias y presentó una
memoria ante la Junta de Monumentos, la cual no se editó y más tarde pasó al Museo Arqueológico de
Tetuán.
Dice textualmente: “dichas estelas
fueron descubiertas en 1923, a un escaso kilómetro de la puerta de Fez, en la
falda del monte Dersa, al efectuarse unas obras para construir un depósito de
aguas para abastecimiento de Tetuán.
Esta colección de estelas fue trasladada más tarde
al Museo Arqueológico de Tetuán. El estudio de las mismas, realizado también
algunos años más tarde, permitió obtener conclusiones más seguras. En efecto,
las estelas pertenecen al mismo tipo de las existentes en el sector más antiguo
de la necrópolis tetuaní, en el que estaban enterrados los granadinos que participaron
en la (re)fundación de Tetuán con Sidi Alí al-Mandari y con sus sucesores. Sin
embargo, el estudio del lugar en el que aparecieron las estelas en 1923 muestra
que allí no existía ningún cementerio, y sí un suelo de piedra”. “Es apropiado
para la extracción de piedra, y dado que la piedra de las estelas es la misma que
la de la falda del Dersa donde se hallaron, bien puede ser este el sitio de una
vieja cantera, donde se tallasen y esculpieran”.
En esta publicación vienen también estas dos citas:
TARRADELL, M. y
MEKINASI, A. M.: “La colección de estelas funerarias marroquíes del
Museo Arqueológico de Tetuán”, Actas del I Congreso Arqueológico del Marruecos
español, Tetuán, 1954, p. 481. Vid. igualmente TARRADELL, M.: “Antiguas estelas
funerarias musulmanas de Tetuán”, África, 1952, pp. 63-64.
MONTALBÁN Y
MAZAS, C. L.: Estudios sobre las estelas funerarias encontradas en la alcazaba
de Tetuán,
memoria inédita.
Este trozo de estela funeraria se encuentra en uno de los caminos de la parte alta del cementerio.
Estelas emplazadas en el patio del museo arqueológico de Tetuán.
El monumento funerario más destacado del cementerio es el mausoleo de Sidi Ali El Mandri que se encuentra situado en la parte baja, no muy lejos de la puerta del cementerio.
El edificio de la derecha con las arcadas es el mausoleo de Sidi Ali El Mandri.
Otro monumento destacado es el mausoleo de Sidi Ali El Fahhal situado un poco más arriba del anterior.
La mayoría de las tumbas tienen una orientación N-S de tal manera que la persona enterrada de medio lado le quede el rostro mirando al Este, aunque a veces se encuentran tumbas que no siguen esta orientación. Otra de las características de los enterramientos es un aprovechamiento máximo del espacio, sin dejar huecos entre tumba y tumba.
El cementerio es un espacio abierto atravesado por una carretera y varios caminos y senderos que comunican los diferentes barrios que lo rodean y por donde permanentemente transita la gente. También es frecuentado por el ganado que pasta la hierba que crece en las tumbas.
En esta foto se observa al fondo bajo la nube la antigua alcazaba y cerca de ella los mausoleos de los mudjjahidines. En algunas tumbas hay una placa con inscripciones.
Las tumbas más recientes están más cuidadas y recién pintadas. De vez en cuando aparecen diseminadas entre las tumbas algunas palmeras e higueras u olivos.
En algunos casos las tumbas se recubren de mosaicos: verdes, azules o blancos sobre todo.
Aquí vemos otros modelos con un muro lateral más elevado de un lado que del otro.
En esta foto y en la siguiente se pueden apreciar tumbas que no tienen la misma dirección que la mayoría. En la inferior hay un epitafio en el que se lee: "En nombre de Dios el clemente y el misericordioso". El difunto Sr. Sallam Ahmed LLaiti murió el 1 de Chahban de 1415 (2 de enero de 1995). Que descanse en paz. Amén.
El epitafio de la tumba de al lado se inicia igual que el de la anterior y es de una mujer, la Sra. Amina Abdullah Alrkan, que murió el 2 de Rajab de 1414 (16 de diciembre de 1993). "Que Dios la tenga en su gloria y descanse en paz. Amén".
Las tumbas del fondo son perpendiculares a las del primer plano y no siguen la orientación N-S.
Entre las tumbas sencillas blancas o azules de vez en cuando destaca alguna con azulejos, en este caso verdes.
En este otro caso azules.
A medida que se sube hacia la montaña las tumbas están más invadidas por la vegetación sobre todo por palmito.
Tumba más grande que la mayoría que tiene una forma diferente.
Una de las pocas estelas funerarias con un texto, sobre la tumba del Sahrif Omar Ben Said, que murió el 21 de Ramadan de 1402 (13 de julio de 1972), martes a las 7,30 h. Se la dedica su hijo Hassan Ben Said. Empieza con " No hay más Dios que Allah y Muhammad es su profeta".
En el centro del cementerio hay una fuente donde se asean las personas que viven allí o simplemente se refrescan cuando hace mucho calor.
Tumba abierta recientemente en la parte alta. Se observa la tierra removida y las ramas de arrayán que se han colocado sobre ella.
Tumba de una mujer. Lo indica la muesca de la parte superior de la tablilla.
La tablilla redondeada se usa para los hombres. A veces en vez de ramas de arrayán o de lentisco se colocan piedras sobre las tumbas.
Este erizo está disfrutando de la tranquilidad de una de las tumbas.
La parte más nueva del cementerio durante el verano de 2011.
Una foto de la misma parte en octubre de 2012.
RITUAL FUNERARIO MUSULMÁN
EN MARRUECOS
Cuando un
musulmán muere hay que enterrarlo lo antes posible, pero actualmente, sobre todo
en las ciudades, se espera la llegada de los familiares próximos que viven
fuera y el entierro se suele realizar al día siguiente. Si ha muerto en un
hospital puede permanecer en una cámara frigorífica hasta un poco antes del
entierro, que es trasladado a su casa y posteriormente a la mezquita y al
cementerio.
La persona
fallecida es lavada por alguien de la familia del mismo sexo o por una persona
especializada que conozca el ritual. Una
vez lavada es envuelta en un sudario que la recubre de los pies a la cabeza, ajustado al cuerpo con cintas de tela que se
soltarán al ser depositado el difunto en la tumba. Completado este proceso, se perfuman
los sudarios.
A continuación el difunto es
colocado en una habitación sobre una cama o un
catafalco con la cara mirando a la Meca.
La familia
permanece en la casa, generalmente los hombre en una habitación y las mujeres
en otra. En los pisos, si no hay espacio suficiente, los vecinos pueden prestar
su casa. Es costumbre tapar los espejos y la televisión con una tela y guardar
las alfombras. Durante el duelo se suelen recitar salmos del Corán, aunque no
es obligatorio y la familia recibe a
vecinos y amigos que vienen a dar el pésame,
a los que ofrece té y café con
unas pastas especiales. Si la familia es acomodada contratará un catering
para que prepare y sirva, no solo el té sino también la cena y la comida para los familiares y los
amigos más próximos; durante una semana no se puede encender fuego para cocinar
en la casa y por eso en Tetuán es costumbre que los vecinos ofrezcan comida a
los familiares del difunto. Las mujeres de la familia se visten con una chilaba
blanca, sobre todo las viudas. Los hombre se ponen una chilaba de fiesta y las babuchas
amarillas.
Al difunto
se le introduce en una caja muy estrecha o se coloca sobre unas angarillas para
conducirlo a la mezquita o directamente al cementerio. En algunos lugares de
Marruecos como Tetuán, la conducción del cadáver es después de la oración de la
tarde (l’Asâar), mientras que en otros como Tánger se hace después de la
oración del mediodía (Dhor). En la mezquita o en el cementerio, antes de proceder al entierro, se recita la plegaria fúnebre, que se hace
calzado y de pie, sin inclinaciones ni posternaciones.
Una vez en
el cementerio, el finado es extraído de la caja y colocado en la tumba
directamente sobre la tierra, con la cabeza hacia el sur y los pies hacia el
norte, con una ligera inclinación del cuerpo hacia el este, de tal manera, que
la cabeza esté girada a la derecha y deje la cara mirando a la Meca. Se puede comprobar
que las tumbas en un cementerio musulmán tienen dirección N-S.
La familia tiene
la casa abierta durante 3-7 días para recibir el pésame, al 4º día del entierro
hace una invitación para los amigos y allegados; 40 días después vuelve a haber una reunión
familiar para recordar al difunto.
En Tetuán
los familiares, sobre todo las mujeres, visitan el cementerio los jueves y
depositan sobre las tumbas ramas de arrayán o mirto.
Una vez al año, el día 26 del mes de Ramadán se
recuerda a los difuntos.
Cementerio judío en primer término y musulmán detrás vistos desde el Dersa. Entre ambos hay un barranco y están los hornos de los alfareros.
Los hornos de los alfareros con muy rústicos y los objetos que fabrican son de baja calidad: macetas, huchas, tallines.
Huchas secándose.
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