La cordillera del Antiatlas se
extiende, a grandes rasgos, de Este a Oeste, paralela a la vertiente sur del
Alto Atlas, de la que la separa el valle del Sous y del Dades. Hacia el Sur
está limitada por la zona noroccidental del desierto del Sáhara y aunque por su
climatología la podríamos incluir dentro de él, ya que algunas regiones reciben
menos de 200 mm de lluvia al año, e incluso menos de 100 mm, más bien podemos
decir que es la primera barrera que limita el desierto en la zona marroquí. La
segunda barrera es el Alto Atlas y ambas separan el Marruecos fértil del
improductivo a nivel agrícola.
La extremada aridez, la
naturaleza y disposición de los materiales rocosos y el desarrollo de una red
fluvial formada por ramblas, secas la mayor parte del año, crean paisajes
sobrecogedores, que la ausencia de vegetación transforma en una lección de
geología en la que se muestra la belleza de las rocas.
Las montañas no son muy elevadas,
no superan los 2.500-2700 m, pero están constituidas por materiales muy antiguos
que van desde el Paleozoico inferior al Precámbrico y muestran el zócalo de
Marruecos.
En la parte occidental visitada
aparecen abombamientos en los que la erosión ha dejado al descubierto granitos
como los de Tafraout con una orla de metamorfismo de contacto formada por
riolitas, cuarcitas y micaesquistos, rodeados por calizas y dolomías del
paleozoico, dispuestas en series monoclinales.
Estas series inclinadas forman,
al sur, el típico relieve apalachiano en el que se alternan las largas crestas
del Jebel Bani, cortadas en profundas gargantas o “cluses” (foum en árabe) por
afluentes de la margen derecha del río Draa, y las depresiones alargadas u
ovales.
Los ríos están secos la mayor
parte del año y los sedimentos que movilizan durante las crecidas se acumulan
en extensos lechos planos en los que se infiltra el agua y desaparece. Es en el fondo de las ramblas el único lugar
donde se forman acuíferos superficiales cuyas aguas son captadas por túneles o
galerías subterráneas de escasa profundidad conocidos por el nombre de khettara, en las que cada
varios metros se perfora un pozo para extraer el agua y para poder
acceder a la galería y realizar las tareas de mantenimiento. En Jumilla
(Murcia) estaba también muy extendido este sistema de captación de agua de las
ramblas y se le conocía con el nombre de “Minaos”.
El recorrido en Google Earth de Tafraout a Foum Zguid.
Esquema geológico del Antiatlas.
Color rosa xI-II: granitos de Kerdous
Ki: Cámbrico inferior
xK2: serie color vino, Taliwiniense
xk1: dolomías inferiores, areniscas y conglomerados, Aduduniense.
xII2Q: cuarcitas y dolomías
xl: esquistos sericíticos, micaesquistos, gneis y vulcanitas básicas
km: Cámbrico medio del Bani
Oi: Ordovícico inferior del Bani
Os: Ordovícico superior del Bani
di: Devónico inferior
dm: Devónico medio
ds: devónico superior
S: Silúrico
Las principales ramblas son: Tamanart, Akka, Tata, Adir, Tissint y Zguid de las cuales cogen el nombre los pueblos por donde pasa la carretera. Los ríos, tras cortar a la reseca cadena montañosa del Bani, dejan los desfiladeros y vierten las aguas a la inmensa llanura del bajo Draa y es junto a la boca de estos estrechos valles donde se sitúan los oasis y ponen la única nota de verdor.
Valle de Tamanart un poco antes de la llanura del bajo Draa.
Fíbula con filigrana de plata de Tiznit.
En la región se encuentran también numerosas mineralizaciones de manganeso, cobalto, cobre, plata, oro y níquel, que aún se siguen explotando en algunas minas y que desde tiempos remotos permitió desarrollar la fabricación de objetos y joyas de plata y cobre. Los trabajos de orfebrería eran realizados, sobre todo, por la hoy desaparecida comunidad judía, asentada en estos lugares desde hacía más de 2.000 años. Es muy conocida la delicada filigrana en plata de Tiznit.
Fíbula con filigrana de plata de Tiznit.
LOS BOSQUES DE ARGÁN
El argán (Argania spinosa)
es un árbol que actualmente sólo se encuentra en las montañas y valles del SW
de Marruecos, sobre todo en la región del Souss, y llega a Tafraout. Sus bosques ocupan una extensión de unas 800.000 ha y
crece sobre diversos tipos de suelo, extendiéndose desde el nivel del mar hasta
los 1.700 m. Soporta bien la sequía, adaptándose al clima árido o semiárido seco de esta región.
En estos parajes juega un
importante papel ecológico y económico porque no sólo mantiene la humedad y la
fertilidad de los suelos impidiendo el avance del desierto, sino que posibilita
una agricultura y ganadería rentables.
El ganado encuentra en este
bosque el pasto habitual del suelo semiforestal, pero cuando llega el
verano sólo le queda como alimento el
“pasto colgante” que no es sino el follaje de los árboles, el cual alcanzan los camellos con sus largos cuellos, pero al que las cabras solo pueden acceder trepando a ellos.
Todos los productos del árbol son
utilizados: la madera y la cáscara dura de la almendra como combustibles, la
semilla prensada para obtener el aceite y las hojas del árbol, la cáscara
externa y el producto resultante del prensado
para alimentar al ganado.
Camellos comiendo hojas de argán.
Argán centenario.
Troncos de argán.
Hojas y frutos del argán.
La recogida de la almendra es realizada durante los meses de
junio-agosto, los frutos son secados al sol, después almacenados y a lo largo
del invierno, las mujeres de forma manual van partiendo la almendra para
extraer la semilla.
De su prensado en frío se extrae el aceite destinado a la
cosmética, del prensado de la semilla tostada se obtiene el aceite comestible
con un delicado sabor a avellanas. Sus propiedades excepcionales son debidas a
la presencia de vitamina E (64 mg/100 g) dos veces más que el aceite de oliva y
el contenido de un 80% de ácidos grasos insaturados (palmítico, esteárico, oléico y linoléico). Su acidez es 0,46, el
índice de peróxido de 2,79, la tasa de insaponificación de 1. Estas
características justifican su uso en medicina. tradicional.
Utilización
del aceite
- En cosmética. El aceite cosmético tiene propiedades regeneradoras y cicatrizantes de la piel, es reputado por
sus propiedades hidratantes, nutritivas y protectoras. Disminuye las arrugas,
cura el eczema y el acné y calma los dolores del reumatismo. Es regenerador de
las uñas y del pelo.
- Para la alimentación. Tiene los mismos usos que el aceite de oliva como condimento
en ensaladas, sopas o en tostadas. Reduce
el colesterol y previene la
aterosclerosis.
Mujeres partiendo almendra de argán en una cooperativa.
Creación y funcionamiento de las cooperativas
En esta región deprimida de Marruecos se han puesto en
marcha algunas cooperativas de mujeres dentro de un proyecto de cooperación para el
desarrollo en el que participan: la Facultad de Ciencias de la Universidad
Mohamed V de Rabat, el Centro de Investigación para el Desarrollo Internacional
de Canadá, la embajada de Japón y otras
instituciones europeas e internacionales
como WWF.
Estas cooperativas producen un aceite de máxima calidad
siguiendo las normas internacionales de higiene en la producción y en la
comercialización y tienen un etiquetado biológico reconocido a nivel
internacional.
La importancia de estas cooperativas es muy grande ya que
desde su creación han creado empleo en una región de gran precariedad
económica, mejorando las condiciones socioeconómicas de la mujer.
En las escuelas
creadas dentro de las cooperativas se les imparten cursos de alfabetización y de
formación general.
Contribuyen también al desarrollo de la región gracias a los
numerosos turistas que vienen a visitarlas.
Han revalorizado el aceite de argán al mejorar las técnicas
artesanales de extracción; gracias a estos proyectos el aceite de argán figura
en los menús de grandes restaurantes de todo el mundo.
Y sobre todo participan en la conservación de los bosques de
argán no sólo por los cuidados que se le
dan para mejorar la producción de almendra sino también por el compromiso de
cada cooperativista de plantar y cuidar
10 arganes al año.
Estos proyectos merecen ser extendidos a toda la región para
conservar “esta cortina verde a las puertas del desierto” y por tanto deben ser
apoyados promocionando la venta y utilización de sus productos en Europa.
En el 2001 las mujeres de las cooperativas recibieron el primer premio del Slow Food Award
(www.slowfood.com) por su compromiso con
la conservación del argán.
Partiendo almendra en la cooperativa.
Almendra entera, restos de la prensa, semilla y cáscara.
AÏT BAHA
Tomando la R-105 de Agadir a Tafraout, atravesamos la provincia de Chtouka Aït Baha y encontramos bellos paisajes, pueblos y graneros que merecerían ser visitados con más calma.
Poblado en Aït Baha.
La kasba de Tizourgane sobre un cerro testigo en medio de una rambla.
La kasba de Tizourgane ha sido restaurada y es actualmente un alojamiento turístico.
EL GRANITO ROSA DE TAFRAOUT
Está datado en 500 millones de años (ma) y forma un macizo de montañas con suaves colores rosados y varios valles donde se asientan los núcleos de población. Como en todos los paisajes graníticos o berrocales, aparecen bolas de piedra distribuidas de forma caótica o montadas unas sobre otras, dando las conocidas "piedras caballeras". La escasez de vegetación permite contemplar, en los alrededores de Tafraout, un caos de bolas grandioso y espectacular y sobrecogedores paisajes ruiniformes de roca pura.
Macizo de granito rosa de Tafraout.
Paisaje en bolas de Tafraout.
Sandalias de cuero de Tafraout. La artesanía de las babuchas es una de las especialidades de esta ciudad, pero actualmente hacen todo tipo de calzado con diseño moderno, muy atractivo.
LAS ROCAS PINTADAS DE JEAN VERAME
El artista belga Jean Vérame se estableció en Aguerd Oudad en 1984 y durante dos años trabajó pintando estas bolas con ayuda de los bomberos de la zona, utilizando para ello más de 18 toneladas de pintura.
Esta obra artística se enmarca dentro del movimiento Land Art que pretende actuar sobre la naturaleza para cambiar nuestro modo de verla. Además de estas rocas de Tafraout, el autor ha pintado numerosos paisajes naturales en Francia, Chad, Texas, en el desierto de Atacama y en el Sinaí.
Las rocas pintadas se encuentran en cinco montículos de bolas graníticas situados en una extensa llanura en la que confluyen varias ramblas.
Aunque la zona presenta actualmente un aspecto árido, quedan restos de pozos, estanques y acequias que debieron regar las antiguas huertas con palmeras, almendros e higueras.
Arganes, azufaifos, almácigos y retamas son ahora los árboles y arbustos más abundantes.
Argán entre dos rocas pintadas.
Con el paso del tiempo las rocas se decoloran, pero han debido ser repintadas recientemente porque tienen colores vivos y uniformes.
VALLE DE LOS AMMELN
La cara del león en el valle de los Ammeln.
Al norte del palmeral de Tafraout y separado por unas colinas, encontramos el valle de los Ammeln. Está a unos 7 km en dirección a Agadir y durante unos cuantos kilómetros discurre paralelo a la montaña Lekst. La parte baja plana está ocupada por un palmeral y en el inicio de la ladera se sitúan más de una veintena de pequeños pueblos que conservan aún las viviendas tradicionales de adobe. Los habitantes de este valle tienen fama de buenos comerciantes y están distribuidos por todo Marruecos y por Europa. Algunos se instalan aquí durante el invierno y emigran durante el verano hacia el Norte.
Valle de los Ammeln: al fondo el Lekst, a media ladera el pueblo y en el fondo del valle el palmeral junto al río (2014).
En esta foto de 2023 se ve que las casas situadas en la parte alta han sido abandonadas y están hundidas.
Las casas están construidas con piedras sujetas con argamasa de arcilla y paja que también recubre los muros interiores y exteriores y les da un color anaranjado; tienen varias plantas y acaban en terrazas. La ventanas son pequeñas o no existen en las plantas bajas y se abren, en el último piso, en arco enmarcado por una estructura rectangular pintada de blanco. Las vigas de los techos y dinteles de las puertas son troncos de palmera. A veces tienen estructura de casa fortificada.
Casas del Valle de los Ammeln.
LOS PALMERALES
Los oasis del sur se sitúan en los márgenes de los ríos y en los lugares donde hay agua. La palmera datilera protege durante el verano con su ligera sombra a los árboles frutales del piso inferior: olivos, naranjos, almendros, higueras, albaricoques y melocotones y éstos a su vez protegen a las hortalizas y cereales.
Numerosas acequias, que salen de pozos o de manantiales, riegan las parcelas y mantienen este frágil ecosistema. Cuando el palmeral se abandona, la palmera se seca y poco a poco acaban desapareciendo las plantas de los niveles inferiores.
Los palmerales de este valle tienen la particularidad de tener en su piso intermedio arganes, que desaparecen en los situados más al sur. Actualmente están casi abandonados.
Fuera del palmeral la vegetación es escasa y está formada sobre todo por cactus y plantas espinosas, aunque en los roquedos pueden encontrarse interesantes endemismos.
Palmeral del valle de los Ammeln.
Euphorbia officinarum en Tafraout. Esta euforbia tiene un látex tóxico e irritante que se usa contra las verrugas.
Planta de Senecio anteuphorbium.
LAS GARGANTAS DE AÏT MANSOUR
A 29,4 km de Tafraout, el río Yssi, afluente por la margen derecha del Tamanart, ha labrado un profundo valle en materiales del Cámbrico en cuyo fondo crece un frondoso palmeral que sigue siendo cultivado por los habitantes de varias aldeas situadas en las partes altas.
Palmeral y aldea con un valle lateral en cuyas colinas se observan las capas monoclinales de los estratos.
GARGANTAS DE IGMIR-AOUKERDA
Situadas al Sur de Tafraout, como las anteriores, pero un poco más al oeste y más alejadas, a 62,3 km por la R-107. Son mucho más espectaculares que las anteriores porque son más profundas, pero el palmeral tiene menos espacio para desarrollarse por ser más estrechas.
La carretera al principio parece buena pero pronto el asfalto se reduce a una pequeña franja central con los bordes comidos y llenos de agujeros a los que hay que añadir curvas con rampas imposibles de subida a la planicie elevada, y, sobre todo, una vertiginosa bajada al fondo del valle.
Desde la desértica meseta se contempla la garganta.
Hay que ir en coche hasta Igmir (se debe buscar en Google maps como Gîte Igmir) y aparcar allí para hacer el recorrido de 7 km entre Igmir y Aoukerda, (solo se puede hacer a pie por el cauce arriba del río, afluente también del Tamanart, por lo que en época de lluvias o de mucho caudal puede estar impracticable y ser peligroso). La carretera continúa río abajo hacia Icht.
Aunque hay mucha sequía, aún quedan algunas charcas de agua donde viven numerosos anfibios y sirven de abrevadero a los animales de la zona. Vimos numerosas ardillas morunas (Atlantoxerus getulus), perdices morunas, alondras, mirlos, collalba negra, escribano sahariano, colirrojos y huellas de jabalí.
Rana.
Llegados a este punto, lo habitual es volver de nuevo a pie a Igmir, salir del valle, regresar por donde hemos llegado y coger una carreterita que baja a Aoukerda.
LAS MONTAÑAS DEL BANI
Carretera de Tafraout a Tiznit. Esta simbólica puerta da acceso a las áridas montañas del Bani y nos introduce en espectaculares paisajes de piedra tallada por el agua y el viento en cuyos farallones se emplazan fortalezas amuralladas.
Cuando en 1884 Charles Foucauld visitó estos lugares, en su libro Viaje a Marruecos describió con detalle los paisajes, los pueblos, las gentes y sus costumbres, y sobre todo las guerras y razzias entre nómadas y sedentarios, entre pueblos, entre barrios o entre familias que convertían a la región en una zona peligrosa e insegura donde los viajeros eran sistemáticamente asaltados y solo podían viajar acompañados de hombres armados y respetados por las tribus de las zonas que se atravesaban, con los que se debía firmar un contrato y pagar un precio establecido, y aún así, a veces había que viajar de noche.
De aquella época quedan los paisajes, los palmerales casi abandonados y las fortalezas medio hundidas y a punto de desaparecer; las gentes también siguen allí, a veces cultivando la tierra como en el s. XIX, a veces manteniendo su cultura ancestral, pero las carreteras, la parabólica, el móvil, el ordenador, la botella de butano, las escuelas, la policía.... también han llegado y hoy se puede uno desplazar con absoluta seguridad y dormir en una tranquila casa rural con todo tipo de comodidades.
El turismo es un medio de vida para algunos habitantes, pero no es tan masivo como en las regiones situadas más al norte, hasta aquí llega un turista más seleccionado, sobre todo de 4x4, moteros y autocaravanas.
El turismo es un medio de vida para algunos habitantes, pero no es tan masivo como en las regiones situadas más al norte, hasta aquí llega un turista más seleccionado, sobre todo de 4x4, moteros y autocaravanas.
Capas en monoclinal erosionadas en la carretera de Tafraout a Tiznit. Las líneas onduladas no son capas de rocas plegadas, sino estratos paralelos e inclinados que el relieve corta en diferentes direcciones.
Palmeral en la carretera entre Tafraout y Tiznit.
Ifran del Antiatlas.
Morabito en la zona de Ifran del Antiatlas.
Aquí existía una importante comunidad judía desde tiempos inmemoriales, (S. I después de Cristo), pero ha desaparecido completamente y solo quedan los restos de la judería (mellah) y el cementerio.
Tienda de pastores nómadas. Aunque la población nómada era muy importante en el Sáhara y se dedicaba a la cría de rebaños de camellos y cabras, actualmente casi ha desaparecido. Hasta estas tierras llegaban a pasar el verano los nómadas del Sur y montaban sus tiendas negras en el borde de las ramblas o donde había puntos de agua, pero la creación de fronteras ha cortado las rutas tradicionales.
La tela de la tienda está tejida con pelo de cabra y se usan varios lienzos que se ensamblan, creando en el interior una zona espaciosa y compartimentada, aunque la estructura apenas se levanta un metro del suelo, tal vez para protegerla mejor del viento.
Crías de camello cerca de Timoulay.
Carretera a Amtoudi.
Amtoudi se sitúa entre un palmeral a lo largo de un valle encajonado entre paredes verticales. Sobre dos escarpes rocosos se conservan dos antiguos graneros del s. XII donde las familias guardaban sus cosechas y sus bienes para protegerlos de los posibles saqueadores.
Valle de Amtoudi desde el granero.
Granero colectivo de Amtoudi.
El granero de más cerca.
El granero colgado sobre el abismo del valle se convertía en un lugar inexpugnable, como los antiguos castillos medievales europeos; así se protegían los bienes de los vecinos y ellos mismos en caso de ser atacados por las innumerables bandas de saqueadores o por los habitantes de otros pueblos con los que estaban en guerra.
El interior del granero tiene numerosas habitaciones, una por vecino, distribuidas en varios pisos y comunicadas por un sistema de pasillos circulares y escaleras. Algunas claraboyas iluminan de manera tenue el interior.
Los pasillos tienen un trazado laberíntico y los techos bajos, pero en las habitaciones se puede estar de pie.
En el granero se guardaba la cebada, el trigo, los dátiles, las legumbres secas, el aceite, y también vasijas y cacharros de cocina grandes que se utilizaban en las fiestas y otros objetos domésticos o del campo.
Terraza del granero y vista del valle de Amtoudi.
Fondo del valle de Amtoudi.
Otro granero en Amtoudi sobre el pitón rocoso.
Vista más cercana del segundo granero de Amtoudi.
Aún más cerca.
Retrocediendo desde Amtoudi a Timoulay se llega a la nacional 12 que viene desde Tiznit y discurre por una enorme llanura paralela al Bani -el valle del bajo Draa, casi siempre seco- hasta llegar a Foum Zguid. En el paisaje siempre estarán las increíbles formas de estas montañas y planicies llenas de piedras recubiertas del barniz negro del desierto.
Palmeral rodeado de un muro y kasba en el valle de Tamanart.
Valle de Tamanart con las antiguas kasbas y el palmeral. La parte alta de la montaña es una planicie sin vegetación.
Valle de Tamanart. La antigua kasba está abandonada y el palmeral también y en un avanzado estado de degradación.
Valle de Tamanart. En la meseta situada en lo alto del farallón rocoso quedan las ruinas de una antigua fortaleza.
Santuario del valle de Tamanart. La forma de la cúpula tiene una clara influencia subsahariana, mucho más ovalada que las de las regiones situadas más al norte. No hay que olvidar que la mayor parte de las personas que se ocupaban del palmeral procedían del Sur y en muchos casos eran negros que trabajaban como esclavos y trajeron sus costumbres. Por aquí pasaban las caravanas que venían de Mali, (Tombuctú) y Sudán e iban hacia Agadir y Mogador donde intercambiaban sus mercancías por otras traídas de Europa, sobre todo de Inglaterra y Francia. Cuando se creó Tinduf, las caravanas se desviaron y la mayoría cambió de itinerario y dejó de pasar por aquí.
Valle de Tamanart. El lecho del río es muy ancho y sin duda en otros tiempos el palmeral ocupaba una superficie mayor, pero hoy está abandonado y está desapareciendo a un ritmo acelerado.
Valle de Tamanart. Sin palmeral, hoy apenas queda una parcela verde.
Valle de Tamanart. Las antiguas casas se situaban en las partes altas o en la mitad de las laderas, pero actualmente se han abandonado y los habitantes que quedan se están instalando en la parte baja del valle, más accesible y cercana al agua.
Calotropis procera. Es la única planta de tamaño apreciable que crece en los lechos de las ramblas. Puede tener porte arbustivo.
Flor de Calotropis procera.
Fruto con semillas de Calotropis procera.
Carretera a Fam el Hisn: "el palacio de la ópera de Sidney". Cerca de Icht sale esta carretera hacia el sur y conduce a un valle donde hay pinturas rupestres. Son frecuentes en toda la región, pero hay que tener tiempo para poderlas visitar y generalmente ir acompañado por alguien que conozca exactamente donde están, porque no hay ninguna indicación y al parecer no es fácil a veces verlas. Volveremos con más tiempo para visitarlas.
Paisaje desde la carretera en las cercanías de Icht.
Paisaje hacia Aït Ouabelli.
Paisaje desde la carretera hacia Akka. Una gran depresión con fondo blanco debido a los depósitos de sales.
Paisaje hacia Akka. Cerrando la depresión se yergue un muro negro de poca altura, formado por capas casi verticales que frena la arena arrastrada por el viento desde las partes bajas.
Aït Ouabelli, aunque no es muy seguro que se llame así, porque no vimos el panel indicador. El pueblo trepa por una ladera y el palmeral que ocupa el fondo del valle de la rambla está cultivado. Abunda sobre todo las plantas de henna.
Horno en una calle de Aït Ouabelli.
Zapatos delante de la madrasa.
EL PALMERAL DE AKKA
Es uno de los más extensos de la región y tiene unas doce fortalezas (ksar) entre las que destaca la de Tagadirt. Desde aquí sale una carretera que atraviesa las montañas del Antiatlas y llega a Taroudant.
Akka fue muy importante entre los s. XVI-XIX por el comercio de las joyas de oro.
Akka fue muy importante entre los s. XVI-XIX por el comercio de las joyas de oro.
Palmeral de Tagadirt en Akka.
Aït Rahhal- Akka.
Tagadirt. La fortaleza está abandonada.
Tagadirt. Algunas zonas están restauradas.
Tagadirt. Muchas casas están en ruina.
Akka. La ciudad moderna junto a la carretera, sitio adecuado para comer o tomar un té.
Paisaje desde la carretera de Akka a Tata.
MELLAH DE TAZART
Se encuentra situado al Sur de Tata y hay que desviarse unos kilómetros de la carretera general siguiendo la señalización. Vale la pena visitarlo a pesar del estado de abandono en que se encuentra.
Se encuentra situado al Sur de Tata y hay que desviarse unos kilómetros de la carretera general siguiendo la señalización. Vale la pena visitarlo a pesar del estado de abandono en que se encuentra.
Charles Foucauld, en su Viaje a Marruecos, cuenta de esta ciudad: Tintazart es uno de los mayores alcázares de Tata. Está construido en el extremo de una pequeña cadena rocosa de unos 15 ó 20 m de alto, de laderas muy escarpadas. Esta cadena forma parte del encabalgamiento de crestas de roca negra que serpentea en la llanura. El punto donde está construida Tintazart se llama Irf uzelag (la cabeza de la serpiente).
La localidad consta de tres partes: una, dominada por el torreón de la casa común, forma el alcázar actual, otra, como la mitad de pequeña, se encuentra en ruinas, era el acuartelamiento del Chikh Hamed; su destrucción, que data de hace unos cuantos años es obra de los Mekrez, una de las ramas de los Ida u Blal. El tercer barrio, más pequeño y fuera de las murallas es la judería. Las casas son de piedra en la base y adobe en las partes superiores; siempre están cubiertas de terraza. Las huertas están al Sur de los edificios. Las aguas que descienden del Bani riegan Tintazart y fertilizan sus tierras. Hay hermosas plantaciones de palmeras, regadas por numerosas fuentes.
En Tintazart tiene su sede el morabito de Sidi Mohamed Mulud, hijo del fundador de Tinduf.
El rabino Mardoqueo Aby Sefrour que lo acompañaba tenía alli a su hermano y multitud de parientes.
Tazart en Google Earth.
Khettara o minaos de los alrededores de Tazart en Google Earth. Las aguas subterráneas del fondo de las ramblas que bajan al Draa, son captadas por varias galerías y los pozos abiertos en ellas forman largas hileras de puntos que confluyen hacia el palmeral.
Interior de la mezquita de Tazart situada en la parte baja.
Interior de la mezquita de Tazart.
Pozo de la mezquita de Tazart.
Tazart desde la terraza de la mezquita.
Ruinas de Tazart.
Tata en Google Earth.
Badlands de Tissint. En esta depresión rellena de margas, las aguas torrenciales de las ocasionales lluvias han erosionado y excavado cárcavas, barrancos y numerosas ramblas que confluyen en este punto en el oued Tissint.
En Google Earth.
Rambla y badlands de Tissint.
El oued Tissint tiene siempre agua, aunque salobre, y una pequeña presa forma este remanso donde la gente se baña y pesca. Cerca de aquí está la casa donde vivió Foucauld durante varios meses, ya que tuvo que quedarse más de lo que pensaba por la inseguridad que había en la región para los viajeros.
Cascada y presa del oued Tissint.
Paisaje hacia Foum Zguid, donde se distingue un cerro testigo, probablemente situado ya en Argelia, porque la línea inexistente de la frontera la marca el valle del bajo Draa que debe estar al pie de las montañas del fondo.
Casa rural en Azmerou, a unos kilómetros de Foum Zguid. Es muy acogedora, con jardín y una pequeña piscina y todas las habitaciones tienen ducha.
Cerca de Foum Zguid.
Paisaje de la carretera de Foum Zguid a Tazenakht.
Morabito en la carretera a Tazenakht.
Mi querida Luisa ¡no sabría qué elegir entre tanta belleza!, espero que algún día pueda compartir uno de tus viajes ¡necesitaría muchas noches para asimilarlo!. Un abrazo y hasta pronto.
ResponderEliminarvraiment très intéressant. Un travail qui n'a rien à envier aux professionnels avec en plus un œil perspicace.
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