En este blog hay una entrada dedicada a Tazrout y la zauia de los Raisuni donde se pone de manifiesto lo interesante que es visitar este pequeño poblado. Se puede consultar en:
http://tetuangorgues.blogspot.com.es/2011/07/tazrout-y-la-zauia-de-los-raisuni.html
Por su magnífico entorno y fácil acceso en coche, es un punto muy adecuado para iniciar diferentes circuitos por los alrededores; además se puede dormir y comer en la zauia, si previamente se avisa por teléfono.
Este circuito se inicia desde la carretera que va hacia Bousserouas; a la salida del pueblo se coge un sendero en dirección Este que se dirige hacia el bosque del Bouhachem, hasta encontrar una pista que bordea la montaña y discurre en dirección Sur, pasando por el pueblo de Slalem. En el riachuelo que está pasado Slalem nos dimos la vuelta porque había que volver a los coches, pero se puede continuar a Bab el Maïs y llegar a Lantaham, para lo cual es necesario contratar un servicio de transporte que deje a los senderistas en Tazrout y los recoja en Lantaham.
Circuito en Google Earth.
Antes de llegar a Tazrout se pasa por Tazia y enfrente de la casa forestal o en sus alrededores, es frecuente ver a una familia de macacos, sobre todo si se pasa a primera hora de la mañana cuando los habitantes del lugar aún no se han levantado.
Si uno no se baja del coche, los macacos no se asustan y es fácil fotografiarlos mientras atraviesan la carretera, se desplazan por los árboles, o toman el sol tranquilamente sentados sobre las rocas.
Los macacos de berberia son una especie protegida y no hay que molestarlos ni darles comida, en este blog se les dedica un reportaje en el enlace:
Tazrout, carretera hacia Bousserouas por donde se inicia el recorrido.
Sendero hacia el Bouhachem.
Antes de llegar a la pista se pasa por la gruta llamada del coronel, porque se dice que es aquí donde El Raisuni tuvo prisionero al Caid Maclean.
La pista está sobre la gruta y trascurre entre el alcornocal. El arbolado está formado por alcornoques (Quercus suber) y quejigos moros o robles zen (Quercus canariensis), mientras que los arbustos del sotobosque son madroños, arrayán y brezos en las zonas densas y jaras y cantueso en las zonas más claras. En las riberas de los arroyos encontramos la laurisilva en la que abunda el loro (Prunus lusitanica) y los alisos (Alnus glutinosa). En otoño y parte del invierno, el agua brota por todos los sitios y el bosque se llena de frutos y de una gran variedad de setas, a veces hemos recolectado algún boleto, la Amanita Caesarea, y sobre todo las macrolepiotas que son muy abundantes en el entorno de la gruta del coronel.
Los alcornoques forman una bóveda sobre la pista.
Hay ejemplares muy viejos de robles y alcornoques y otros con formas muy curiosas como este alcornoque que parece tener 4 troncos.
El madroño, (Bujanno en dariya) Arbutus unedo lo encontramos en flor y con los frutos en diferentes fases de maduración. Forma el sotobosque junto al brezo y al arrayán.
Madroños con distinto grado de maduración; esto permite que los animales tengan comida durante un largo periodo.
Fruto maduro de madroño.
Frutos maduros de arrayán o mirto (Myrtus communis).
Hongo en forma de coliflor rosa u hongo coral, probablemente sea Ramaria botrytis.
Boleto, parece el de satanás o el purpúreo.
En primavera, el bosque se convierte en un jardín florido lleno de olores que despiertan del letargo a anfibios y reptiles, atraen a una enorme variedad de insectos e incitan a los pájaros a iniciar el cortejo nupcial. La vida bulle por doquier.
Asociación de brezo, jara y cantueso, plantas típicas de suelo ácidos.
Abeja sobre el cantueso (Lavandula stoechas).
La granadilla o chupamieles (Cytinus hypocistis). Planta parásita de las raíces de la jara en este caso de Cistus albidus.
La Cytinus abierta. También se conoce con el nombre de melera y teticas de doncella y es una planta comestible que segrega una sustancia dulce semejante a la miel.
Lythrum junceum.
Ornithogalum umbellatum conocida vulgarmente como leche de gallina.
Sedum brevifolium es una planta rupícula, crasulácea, que vive sobre areniscas y cuarcitas.
A lo largo de la pista hay numerosas charcas que son el paraíso de ranas, sapos, salamandras y una gran variedad de insectos. El croar de las ranas nos acompaña gran parte del camino. Cuando nos aproximamos a la charca se callan y se zambullen, asustadas por nuestra presencia, pero si uno se para a observar, poco a poco van sacando la cabeza , como las dos de la foto, luego todo el cuerpo y acaban saliendo a la orilla, retomando su canto.
Cuando están fuera de la charca, si no se mueven, cuesta verlas por el colorido de camuflaje que tienen.
Las abejas también vienen a beber agua al borde las charcas.
Estribaciones del Jebel Soukna.
Slalem.
Slalem
Casas de Slalem.
Fuente típica. El lugar donde brota el agua, se ahonda un poco,
se protege lateralmente con piedras sobre la que se pone un techo de troncos, ramas o, como en este caso, de una plancha de corcho.
Otro manantial
En este otro el agua brota a borbotones del suelo.
Todo el macizo del Bouhachem está formado por areniscas numedienses con capas casi verticales que forman en muchos casos farallones difíciles de atravesar; la meteorización forma bolas semejantes a las de los granitos que se acumulan en algunos lugares como al final de esta ruta, y, son muy espectaculares porque en la superficie presentan formas poligonales originadas por retracción debida a la desecación, algo parecido a las grietas que se originan en los suelos arcillosos húmedos cuando se desecan.
Algunas bolas sueltas entre la vegetación.
Grietas de desecación fosilizadas.
Algunas de las bolas desperdigadas por el paisaje.
Estructuras poligonales recubiertas de musgo.
Farallón.
Formas poligonales.
Formas poligonales con concreciones en el interior.
Bloque de gran tamaño.
Cuando se llega a la altura de Slalem, en vez de bajar al pueblo por la pista, se continúa por un sendero que sale a la izquierda y que lleva a un río.
El agua discurre en rápidos y pequeñas cascadas entre los grandes bloques redondeados de arenisca que invaden el cauce. El agua de los riachuelos del Bouhachem siempre tiene color blanquecino, como si estuviese sucia,
debido a la presencia de sedimentos, procedentes de la erosión de la arenisca, muy rica en mica y hierro.
Pequeña cascada.
La ribera está llena de alisos centenarios.
Otra pequeña cascada entre los bloques de arenisca.
Canal de suministro de agua de riego para Slalem.
Carex pendula, Osmunda regalis y Alnus glutinosa, asociados, las tres plantas son típicas de riberas de suelos ácidos en zonas húmedas.
Helecho Osmunda regalis.
Frondes desarrollados de Osmunda regalis, helecho típico de suelos ácidos.
Los alisos centenarios forman una compleja red de raíces que se introducen en el agua.
Insectos himenópteros acuáticos que se desplazan sobre el agua, se les conoce con el nombre de chinches acuáticas (Velia rivulorum).
El régimen torrencial de estos arroyos permite que el agua labre sobre las rocas del lecho enormes agujeros o pilancones que normalmente se localizan en el fondo del río, pero a veces pueden atravesar las rocas verticales que impiden su paso.
De vuelta hacia Tazrout a la izquierda se divisa el pueblo de Bousserouas, ir hasta allí a pie alarga mucho el recorrido, pero si no se tienen ganas de caminar tanto, merece la pena coger el coche e ir a visitarlo; lo más llamativo es ver como los bloques de piedra han sido integrados en las estructuras de las casas.
Bousserouas desde la pista.
Bousserouas más próximo.
Bousserouas desde dentro.
Pequeña mezquita adosada a un bloque de piedra.
A la izquierda, el bloque de piedra, pintado de blanco, forma el muro de la mezquita.
Casa típica junto al bloque de piedra.
Mujer lavando en la fuente.
Vista de Tazrout desde Bousserouas.
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