Este recorrido tiene
unos 16,5 Km y puede requerir entre 8-10 h. Hay una subida muy fuerte hasta el
collado de Mandu con 1300 m de desnivel
en muy poco recorrido y luego una bajada
hasta Affaska. El collado o “tizi” está situado entre el macizo del Tisouka,
(el cual tiene dos picos: el Tisouka con
2122 m y el Escantifi con 2102 m) y el
jebel Akrâ con 2159 m. Los grandes
desniveles imponen a la marcha un ritmo lento,
pero también las paradas para fotografiar las bellas panorámicas y los abetos
singulares de gran tamaño.
Una vez en Affaska se puede volver a Chaouen a pie o en 4X4 por la pista que pasa por el Kelâa o bien bajar a pie hasta Akchour.
Mapa
topográfico de Chaouen de1937 en el que está detallada muy bien la toponimia del
recorrido.
Vista
de la región desde Khessana.
Vista
de la región desde Khessana. Debajo del Tisouka
se encuentra Mechkralla y debajo del Tizi Mandou el pueblo de Tissouka con las aldeas cercanas: Fokaiene, Esljahene, Ibougaladene, Aidoua,
Imerahachene.
En
trazo fucsia marca el recorrido desde Mechkralla hasta el inicio
del collado de Mandu.
Panorámica
del collado Mandu desde la carretera a Bab Taza.
Al
fondo el Jebel Tisouka desde el jebel Âkra.
Panorámica
del collado Mandu desde el Jebel l’Âkra.
El ascenso puede
realizarse por varios sitios, bien subiendo una fuerte pendiente por la ladera
Este del Tisouka hasta 1800 m continuando luego en dirección al jebel Akrâ por
una arista hasta el collado Mandu, trayecto marcado en rojo en el mapa; otra
posibilidad es subir hasta la cota 1300 m y seguir las variantes
trazadas en el mapa en color amarillo y en azul, o bien se puede seguir la
pista hasta la aldea Tisouka y luego subir directamente al collado, marcado en
color fucsia . La primera es muy bonita
y alejada de los lugares habitados, pero
difícil, mientras que la segunda transcurre cerca de las aldeas y es algo más
fácil. De cualquier manera hay que salir desde Ras el Ma en Chaouen a 550 m y llegar hasta el Tizi Mandu a 1800 m.
Mapa topográfico de Chaouen 1:50.000 con el recorrido de
Chaouen a Affaska.
La zona recorrida está en el Parque Nacional de Talasamtane
y guarda aún bosques de abetos (Abies
maroccana ) muy bien conservados que se sitúan en las cumbres
y en las laderas norte; en las partes altas se mezclan con algún cedro. La presencia de
los bosques de abetos es más que suficiente para justificar una visita al
Parque; cuando se está en medio de ellos desaparece la idea que se
tiene de los paisajes de Marruecos y uno se siente desorientado, porque
más bien parece que está en Suiza o en Canadá; más aún si la visita
se hace durante el invierno y se los encuentra nevados.
En 1906 Louis Charles Trabut dió a conocer en la Sociedad Botánica Francesa la presencia en las montañas del Rif de un abeto del grupo pinsapo y en 1916 publicó una nota muy completa sobre el abeto de Marruecos en el Boletín de la Estación de Investigaciones Forestales del Norte de África, relacionándolo con el Abies pinsapo de la Sierra de Ronda y el Abies numidica de Argelia.
En 1906 Louis Charles Trabut dió a conocer en la Sociedad Botánica Francesa la presencia en las montañas del Rif de un abeto del grupo pinsapo y en 1916 publicó una nota muy completa sobre el abeto de Marruecos en el Boletín de la Estación de Investigaciones Forestales del Norte de África, relacionándolo con el Abies pinsapo de la Sierra de Ronda y el Abies numidica de Argelia.
Abetos de la cumbre del Escantifi.
El Abies maroccana
se encuentra en los montes Magot-Tisouka- BabTizi Mandu a partir de los 1500
m hasta los 2000 m y se extiende por Beni Derkul, L’Akra, Desas, Buhal-la,
Talasamtan, Bel Henadak, Tal Andel-lah, Tal Alaafia y Bab-Karrat, aunque en
estos lugares no sobrepasa los 1800 m ocupando una superficie entre 3800-5500
ha. Suele mezclarse con Pinus nigra ssp
clusiana var. Mauritanica, Pinus pinaster ssp.maghrebiana, Cedrus atlantica,
Taxus baccata, Acer granatense, arce de Montpellier y roble.
Los abetos entre la nieve en la vertiente norte del Tisouka. Al año puede nevar entre 5-7 días, pero la nieve puede permanecer en las cumbres desde diciembre hasta marzo.
El ingeniero Sánchez Cózar describió una segunda especie, Abies tazaotana, que ocupaba unas 1500 ha en el jebel Tazaot, situado sobre Talambot, que presentaba algunas diferencias con el anterior, como una mayor longitud de las acículas. Aparece entre los 1284-1790 m.
Este abeto endémico tiene un gran interés botánico y se considera que es un superviviente de una especie extendida, en épocas pasadas, alrededor del Mediterráneo, de la que solo han quedado islotes aislado en los que se ha diferenciado en especies o subespecies diferentes.
Mapa de distribución del abeto.
"Intervención
forestal en el Protectorado de España en Marruecos. 1912-1956".
A pesar de que durante los años 1949-1955 hubo una intensa explotación maderera, sobre todo en la zona de Beni Derkul-Talasamtan, aún se conservan ejemplares centenarios de más de 25 m de altura y perímetros de varios metros.
Abetos
de gran tamaño (Abies maroccana).
Según datos publicados en la tesis doctoral de Antonio Garrido Almonacid. Jaén 2011, "Intervención forestal en el Protectorado de España en Marruecos.
1912-1956", entre 1944-1955 se
cortaron 25.264 abetos procedentes de 5.974 ha de los que se extrajeron 55.032 m3
de madera. Se usó sobre todo para obtener traviesas de madera para el
ferrocarril por la empresa RENFE.
Caravana de camiones de RENFE bajando de
Talasamtan con troncos.
Fuente: Intervención
forestal en el Protectorado de España en Marruecos. 1912-1956.
En Tazaot la explotación fue menos intensa que en
Talasamtan ya que se pretendió declararlo “Parque Jalifiano” protegido y no se
inició hasta después de 1952 tras el censo del ingeniero Barnola que registró
34.670 abetos con una posibilidad maderable de 119.579 m3 de madera,
proponiendo un aprovechamiento anual de 4.163 m3.
Actualmente estos bosques pertenecen al estado y están protegidos, permitiendo sólo un uso científico y turístico. Su situación en lugares escarpados e inaccesibles ha contribuido a su conservación, aunque desgraciadamente están en regresión y el cambio climático, la tala y los incendios pueden acabar con ellos.
Actualmente estos bosques pertenecen al estado y están protegidos, permitiendo sólo un uso científico y turístico. Su situación en lugares escarpados e inaccesibles ha contribuido a su conservación, aunque desgraciadamente están en regresión y el cambio climático, la tala y los incendios pueden acabar con ellos.
Gordolobos (Verbascum giganteum subsp. giganteum) que crece sobre los taludes y laderas pedregosas, sus hojas de aspecto afieltrado son de gran tamaño, pudiendo llegar a los 45 cm.
La geología de estas montañas es semejante a la del
resto de la dorsal calcárea, aunque tiene sus particularidades. En general, en
la parte alta encontramos estratos plegados que contienen materiales desde el
Triásico al Cretácico, en los que se observan: dolomías de grano fino, calizas
dolomíticas tableadas, calizas grises y calizas microcristalinas con fósiles y
margas; estos materiales se superponen a la unidad de Tánger.
Mapa
geológico del jebel Tisouka y el jebel Akrâ.
Paredes
verticales de la vertiente norte del Tisouka.
También
se observan algunas depresiones pequeñas o dolinas en las que se pueden
formar lagos ocasionales cuando se acumula el agua de la lluvia y del
deshielo. La disolución de la caliza es la responsable de la creación de
estas estructuras, y en su fondo quedan los depósitos de arcilla que
impermeabilizan el suelo.
Dolina
llena de agua a 1750 m.
El
mar Mediterráneo está muy cerca de las
vertientes norte y los ríos que bajan desde las montañas tienen que salvar
grandes desniveles en un corto recorrido, por lo que han excavado profundas
gargantas de gran belleza como las que
encontramos en Akchour y en la región de Asifane.
Las vertientes Sur mandan sus aguas al Atlántico a través del río Lukos.
Las vertientes Sur mandan sus aguas al Atlántico a través del río Lukos.
INICIO DEL RECORRIDO
El recorrido empieza en el parking de Ras el Ma en Chaouen.
En
el parking nos encontramos con esta cría de macaco que salta de un coche a
otro, probablemente alguien la ha robado
a alguno de los grupos que viven salvajes por las cumbres cercanas. Su captura
está prohibida y hay frecuentes campañas de concienciación para protegerlos;
como en este caso el pequeño está libre, las autoridades no podrían acusar a
nadie de haberlo cazado.
Hay
que dirigirse por una senda que sube hasta la mezquita de los españoles. Llamada así porque se construyó en la época
del protectorado. La senda y luego la
pista están marcadas con puntos blancos, rojos y azules que a veces se
convierten en trazos o en flechas y por tanto no hay peligro de perderse.
Mezquita de los españoles.
Durante
el ascenso se observan bellas panorámicas de Chaouen como ésta, al inicio de la ruta.
El
camino empedrado sigue subiendo hasta llegar a una plataforma con casas.
Panorámica de Chaouen.
El camino vuelve a subir.
Panorámica
de Chaouen más alejada.
Panorámica
de Chaouen con el Bouhachem al fondo.
Se
llega a una pista casi recién abierta que se cruza con la pista de Mechkralla.
Junto
a la pista de Mechkralla encontramos a este grupo de mujeres que van a buscar
leña.
Dejamos
la pista principal sobre la que aparecen
los puntos rojos y blancos y ascendemos por otra secundaria que sale a la
izquierda, desde la que se observan los campos de cultivo de Mechkralla y de las aldeas que la rodean.
En esta nueva pista solo vamos a encontrar marcas de color azul.
La
pista secundaria parece bastante nueva, sin duda era la antigua senda que subía
hacia el jebel Tisouka y solo llega hasta la zona donde hay cultivos, después
seguiremos subiendo por sendas marcadas con trazo azul hasta los 1800 m.
Durante
el ascenso se divisa Mechkralla y otras aldeas. En el mapa topográfico vienen
con los nombres de: Arrasene, Atamiouene,
Ajolfane, Armaouta y Amegri.
A lo
largo de la subida encontramos campos de cultivo que han sido arrebatados al
bosque y que en algunos casos han sido abandonados por improductivos.
A
partir de los 1600 m aparece un monte bajo espinoso en el que abundan las
chaparras que es muy difícil de transitar si no se va por la senda.
Monte
bajo que se extiende hasta la cumbre.
Cuando
se va llegando a los 1700 m aparecen los primeros abetos.
Abetos
de la parte occidental del collado.
Restos
de la nieve que cayó en abundancia a mediados de enero de 2018.
Planicie
cercana al collado.
Lago
poco profundo en el fondo de una dolina situada en la planicie anterior.
Al
fondo asoma el collado de Mandou y el Jebel Âkra.
El
collado más cerca.
Por la
ladera del collado pasa un sendero que se dirige al Âkra.
En el
sendero aparece esta fuente.
Desde la cresta del collado se divisa hacia el sur esta panorámica en dirección a Ouezzane.
Panorámica
hacia el Norte con las aldeas de Affaska y Amizzar.
En
la vertiente Norte aumenta la cantidad de nieve y es difícil de seguir el
sendero.
El
sendero se perdió y nosotros también. Acabamos bajando por un precipicio en
busca del sendero que venía del Mandou y logramos encontrarlo gracias a la
ayuda de un lugareño que nos fue guiando desde abajo hasta llegar a donde él se
encontraba. ¡Tuvimos mucha suerte de encontrarlo en medio de la nieve!
Desde
la bajada se observa la ladera del Targouisine cercano al Âkra.
La
senda que baja del collado está marcada con puntos blancos y azules, al
principio estaba cubierta de nieve pero a medida que íbamos llegando a la pista
de Imizzar- Chaouen desapareció.
Al otro lado del Tisouka encontramos Affaska y Azilan.
Entrada de la casa rural de Affaska. Tiene 33 plazas en 5 habitaciones, 2 baños y un
comedor. Ofrecen alojamiento, comida, guía y 4x4. Se puede encontrar en internet.
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