El santuario de Sidi Issâ está en Bou Amar. (35º 18’ N, 5º 38’W mapa topográfico 1:50.000 de Souk el Khemis des Beni Arouss).
Los ancestros de Moulay Abdessalam ibn Mchich son: Sidi Mezouar, Sidi Sel-lâm, Sidi Issâ, Sidi Hurma, Sidi Ali, Sidi Abû Bakr y Sidi Mchich (su padre) y constituyen los 7 santos de la Jebala; sus tumbas, distribuidas por diferentes pueblos, eran visitadas por los peregrinos que venían a Moulay Abdessalam.
El culto a los siete santos se relaciona con una leyenda del siglo III conocida como "Los siete durmientes de Éfeso" que posteriormente es recogida en diferentes versiones tanto por la tradición cristiana como por la musulmana y la judía. La historia de los durmientes se relata en el Corán como "Las gentes de la Caverna" Ahl al-Kahf, Ashâb al-Kahf o Ashâb al-Raqîm, Sura XVIII, versículo 9-26.
En este blog hay otros cinco artículos sobre cada uno de los santuarios de los siete santos de la Jebala y los bosques que los rodean. En el de Sidi Sel-lâm se cuenta brevemente la historia del mito de los 7 durmientes para entender la tradición de los 7 santos y se destaca también la importancia de estos lugares como patrimonio natural y cultural.
Si se observa en el mapa la situación de los siete santuarios se ve que están más o menos alineados en una ruta que desde Larache se dirige a M.A. y que excepto el de Sidi Mezuar que está más alejado, entre ellos la distancia no es superior a una jornada e incluso menor. Todos ellos tienen agua e instalaciones para acoger a los peregrinos por lo que debieron ser puntos importantes de descanso para éstos.
Con independencia de su importancia cultural y religiosa, todos están situados en parajes naturales de gran valor por su belleza paisajística y sobre todo conservan a su alrededor bosquetes con árboles centenarios que destacan, en muchos casos, como una mancha de verdor en zonas completamente deforestadas. Su cuidado y protección deberían ser prioritarios en todos los planes de desarrollo local que se realicen en la región y podría ser muy interesante promocionar circuitos de senderismo que pasen por ellos.
Para llegar hay que coger una pista que sale de la carretera hacia Moulay Abdessalam a unos 3 km del cruce de Souk el Khemis de Beni Aros a la izquierda. La pista está en obras y es anchísima, parece que van a construir allí una autopista. Hay unos 2,5 km de subida hasta llegar al santuario, que se encuentra un poco alejado del pueblo.
El Santuario es más grande que los otros visitados pero está no solamente muy abandonado, sino en un avanzado estado de deterioro provocado por una destrucción intencionada.
Descenso de la pista hacia la carretera. Los destrozos originados son enormes, sobre todo porque se han realizado desmontes de gran anchura y la tierra retirada ha tapado la vegetación del lado contrario de la pendiente.
El santuario aparece situado más o menos en el centro del bosque de alcornoques y consta de un mausoleo una mezquita adosada y una nave o hangar para refugio de los peregrinos.
El edificio de la izquierda guarda el mausoleo y el tejado de teja verde con cuatro vertientes recubre una cúpula interior de gran altura y en un perfecto estado de conservación.
Muro de la qibla con la hornacina del mihrab dentro de la mezquita. A pesar del deterioro aún viene la gente a poner ramas de arrayán.
Interior de la mezquita y al fondo la entrada al mausoleo con el catafalco.
Mausoleo con la tumba profanada, probablemente para demostrar a la población que allí no hay enterrado ningún santo. Puede verse que siguen haciéndose ofrendas de ramitas de arrayán.
Catafalco con las vestiduras arrancadas.
Las telas que recubrían el catafalco están tiradas sobre el tejado del hangar cercano. Estos hechos de destrucción de los antiguos símbolos religiosos podrían estar relacionados con el abandono del lugar por el cambio de costumbres de los habitantes de la zona, aunque en la mayoría de los casos son debidos a la aparición de grupos que están en contra de estas costumbres y no reconocen el valor patrimonial de estos monumentos. En el Jbel Habib también hubo un intento de destruir el santuario y los árboles que lo rodean.
Puerta trasera de la mezquita.
Ventana del mausoleo.
Viejos acebuches y varas secas de flores de acanto.
Vegetación cerrada que ha invadido los lugares no transitados donde abundan las lianas de Bryonia y Smilax.
Pozo excavado junto al riachuelo que atraviesa el cementerio.
El interior del pozo está recubierto de sillares bien tallados de arenisca.
El cauce del arroyo, actualmente seco, transcurre entre zarzas y lianas, en sus márgenes abunda el Ruscus.
Antiguas tumbas marcadas con piedras y una teja en la cabecera.
Viejo tronco de alcornoque rodeado de plantas de rusco y de trepadoras.
Barraca en ruinas para alojar a los peregrinos.
El único muro que se conserva en buen estado muestra la típica construcción con una base en piedra y el resto en adobe. Puede verse también una plancha de corcho que se usa para sentarse sobre ella.
Durante el trayecto hemos encontrado numerosas tortugas atravesando la carretera y hay que tener mucho cuidado para no atropellarlas. Estas dos sin embargo parecen muy prudentes y observan....
...Y deciden volver sobre sus propios pasos.
Queremos señalar que durante esta salida hemos visto multitud de aves que deben estar en tránsito de su viaje desde Europa y que aún siguen agrupadas; están sobre todo posadas en los postes y cables de la electricidad. A primera hora de la mañana, a lo largo de la carretera de Tetuán a Larache había multitud de halcones y en la zona de Sidi Aissa, sobre el mediodía, los abejarucos no paraban de sobrevolar nuestra marcha.
Aunque está un poco lejos, puede apreciarse la silueta del halcón posado sobre el poste.
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