Los ancestros de Moulay Abdessalam ibn Mchich son: Sidi Mezouar, Sidi Sel-lâm, Sidi Issâ, Sidi Hurma, Sidi Ali, Sidi Abû Bakr y Sidi Mchich (su padre) y constituyen los 7 santos de la Jebala; sus tumbas, distribuidas por diferentes pueblos, eran visitadas por los peregrinos que venían a Moulay Abdessalam.
El culto a los siete santos se relaciona con una leyenda del siglo III conocida como "Los siete durmientes de Éfeso" que posteriormente es recogida en diferentes versiones tanto por la tradición cristiana como por la musulmana y la judía. La historia de los durmientes se relata en el Corán como "Las gentes de la Caverna" Ahl al-Kahf, Ashâb al-Kahf o Ashâb al-Raqîm, Sura XVIII, versículo 9-26.
En este blog hay otros cinco artículos sobre cada uno de los santuarios de los siete santos de la Jebala y los bosques que los rodean. En el de Sidi Sel-lâm se cuenta brevemente la historia del mito de los 7 durmientes para entender la tradición de los 7 santos y la importancia de estos lugares como patrimonio natural y cultural.
Si se observa en el mapa la situación de los siete santuarios se ve que están más o menos alineados en una ruta que desde Larache se dirige a M.A. y que excepto el de Sidi Mezuar que está más alejado, entre ellos la distancia no es superior a una jornada e incluso menor. Todos ellos tienen agua e instalaciones para acoger a los peregrinos por lo que debieron ser puntos importantes de descanso para éstos.
Con independencia de su importancia cultural y religiosa, todos están situados en parajes naturales de gran valor por su belleza paisajística y sobre todo conservan a su alrededor bosquetes con árboles centenarios que destacan, en muchos casos, como una mancha de verdor en zonas completamente deforestadas. Su cuidado y protección deberían ser prioritarios en todos los planes de desarrollo local que se realicen en la región y podría ser muy interesante promocionar circuitos de senderismo que pasen por ellos.
El santuario de Sidi Abû Bakr está situado en Aïn el Hdid. (35º 19’ N, 5º 42’W mapa topográfico 1:50.000 de Souk el Khemis des Beni Arouss).
Para llegar hasta él hay que coger la misma carretera que para visitar sidi Bou Horma y avanzar desde Dar Luis unos 2,5 km, y coger una pista que sale a la derecha de la carretera, desde allí se observa la panorámica de la foto de abajo y enseguida se localiza el lugar por la presencia del bosquecillo entre las zonas agrícolas. A unos dos kilómetros o menos está el cementerio con el santuario, una mezquita y algunas otras construcciones, atravesado por un arroyo que ahora está seco.
Se observa el alcornocal degradado del que sobrevive el sotobosque de brezo y lentisco.
La senda principal se abre entre el alcornocal bien conservado entre cuyos árboles se encuentran las tumbas.
Entre la frondosa vegetación aparece el sencillo santuario.
Aunque predominan los alcornoques también encontramos acebuches centenarios.
Otro magnífico alcornoque descortezado de mala manera.
Muchas tumbas están muy bien cuidadas. Se observa una mayor diversidad que en los otros cementerios, en general son muy largas y estrechas y están delimitadas por un murete encalado, aunque las hay rodeadas solo de piedras y también otras más llamativas con un muro más alto y una repisa para poner las velas y las ramas de arrayán.
El santuario surge entre las ramas caídas del viejo alcornoque.
Sencillo y elegante.
Interior del mausoleo muy cuidado con el catafalco y una lámpara.
Grueso ejemplar.
Curiosa tumba de un adulto rodeada otras tres de niños.
El sotobosque ha desaparecido donde hay tumbas cuidadas, aunque por todos los lados rebrotan las palmitos.
Cuando las tumbas se abandonan la vegetación invade todo y hace intransitable el lugar.
Esta es otra modalidad de tumba, tipo la de Moulay Abdessalam, constituida por un cuadrado rodeado de muros más altos.
Este palmito gigante debe tener muchos años, dado lo lento que crece, y que normalmente apenas levanta un metro del suelo.
Otra tumba especial rodeada de tumbas más pequeñas.
Obsérvese el tamaño de los árboles que la rodean, esta tumba se podría considerar como otro santuario.
La mezquita del recinto es bastante grande pero está abandonada, tal vez la presencia de una nueva en fase de construcción ha influido en este abandono. Aquí vemos el muro de la qibla indicando la dirección de la Meca del que sobresale el mihrab u hornacina localizada normalmente en el centro del muro y desde donde el imán dirige la oración.
Obsérvese el púlpito o minbar al aire libre para la predicación durante el Aïd (normalmente está situado en el interior de la mezquita a la derecha del mihrab y desde él el predicador pronuncia el sermón o jutba). Al fondo la nueva mezquita; parece que las nuevas tendencias religiosas están en contra de estos lugares e incluso hay grupos que promueven la destrucción de los antiguos santuarios, aunque en éste, tal vez por la cercanía al pueblo, aún no lo han conseguido y la gente del lugar sigue cuidándolo.
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