Para llegar
al punto de destino se coge la autovía de Tetuán a Tánger y en
la rotonda que hay donde se inicia la subida al puerto de Aïn Lahsen, a la
izquierda, se ve una pequeña carretera que lleva a Fejjerih (su significado en español es: La colina del viento).
En esta bifurcación hay dos alternativas para entrar al bosque de alcornoques que queda enfrente, ambas se dirigen hacia el Sur, una desde el Este y otra desde el Oeste como se indica en el mapa donde se han marcado dos posibles itinerarios.
SITUACIÓN Y
CIRCUITOS
PUEBLOS Y TIPOS DE VIVIENDA
El inicio y el final del recorrido transcurre por lugares habitados, pasando por delante de algunos pequeños núcleos de población, así como por casas de campo aisladas. Predominan las casas tradicionales con tejados de cinc, aunque aún se puede ver algún cobertizo con tejado vegetal. Las casas son grandes, están muy cuidadas, pintadas con colores llamativos y generalmente están rodeadas de un seto natural o de una empalizada de brezo que cerca, además, a un pequeño huerto; suelen tener un horno de leña, una goma que les suministra agua desde algún manantial cercano y, desde que llegó la electricidad, no falta la antena parabólica.
MEDIOS Y FORMAS DE VIDA DE LA POBLACIÓN
El poco contacto que se tiene con la
población durante estos recorridos por la montaña hace que la descripción de su
forma de vida se base en lo que vemos desde el camino y en la intuición más que
en un conocimiento detallado.
Aparentemente la gente vive de la
agricultura sin mecanizar, desarrollada en pequeñas parcelas y de la ganadería.
Se ven plantaciones de cereal,
habas, guisantes y hortalizas variadas. Aunque desde hace unos años se ha
empezado a cultivar el kif y se está extendiendo con gran rapidez, lo que está
influyendo en la desforestación.
La ganadería extensiva formada por
pequeños rebaños de vacas, cabras y ovejas es otro de los sustentos de los
campesinos.
En invierno
es frecuente ver a las chicas cargadas de leña, pero no como pastoras, parece
que la situación cambia en verano.
Otras actividades, a pequeña escala,
aprovechan los recursos del bosque para completar la economía familiar. Vemos a
continuación algunas:
RECORRIDO ENTRE BOSQUES Y ROQUEDOS.
El recorrido que realizamos puede
tener algunas variantes que se mueven entre los dos circuitos marcados en el
mapa inicial, pero nunca superan los 12-13 km. Es un trayecto fácil en el que
la única dificultad que se puede encontrar es la niebla cuando sopla el viento
de poniente.
A nivel morfológico podríamos
resumir que la zona está formada por dos pequeñas colinas alargadas, más o
menos paralelas, entre las que se abre el valle del pequeño arroyo Damlati.
Las cumbres
no son muy elevadas, su altura está comprendida entre los 800-1.000 m y son una
prolongación de las capas de areniscas numidienses que forman el Bouhachem y el
Jebel Alam y que continúan hasta el Jebel Habib, este sustrato rocoso y las semejanzas climáticas
hacen que el bosque climax sea el alcornocal mezclado con el quejigo moro
y con un sotobosque de brezos y madroños.
Las fotografías del bosque en
diferentes épocas del año que se muestran a continuación nos muestran su
belleza mejor que las palabras.
En el sotobosque y en el roquedo encontramos también una gran variedad de plantas y hongos.
Amanita sp.
PAISAJES DEL RECORRIDO
Cuando la pista empedrada que va
desde Dar Messid hasta Tafrâout es atravesada por un riachuelo (el Damlati), es el momento de abandonarla y subir valle arriba por la margen
izquierda hasta topar con una pared rocosa.
Abajo están Tafrâout
Fokia y Tafrâout Sflîya, los lugareños dicen que su nombre se debe a que sus
primeros pobladores vinieron del Tafrâout famoso del sur de Marruecos. No
sabemos si será verdad. De cualquier manera, es un nombre bereber que tal vez
indique una estructura topográfica concreta y por lo tanto es normal que se
repita en la toponimia.
Pileta de la fuente.
Llegados a la cumbre del Sehâne
Targra y desplazándonos hacia el este se empiezan a divisar los territorios de
Beni Aross, el Jbel Alam y a su derecha el Bouhachem.
Desde esta cumbre, descenderemos de
nuevo hacia el valle del Damlati, entre bosques, roquedos y riachuelos para
ascender por el extremo oriental del Jebel Ez Zaouia.
Con la lluvia las torrenteras se animan.
En las hondonadas el agua se remansa y forma charcas provisionales.
Aunque el clima es suave, algunas mañanas de invierno puede encontrarse el agua helada.
En verano los riachuelos se secan y solo quedan pequeñas charcas poco profundas que son el paraíso de los anfibios.
Rana común (Rana perezi).
Escarabajo acuático (Hydrous piceus).
Además de los animales acuáticos a
veces también encontramos otros.
Escorpión amarillo o alacrán (Buthus occitanus).
Tortuga mora (Testudo graeca).
Agama de Bribón (Agama impalearis).
SUBIDA AL JEBEL EZ ZAOUIA
Desde la cumbre de esta montaña, en
dirección NE se observan bellas panorámicas de la dorsal calcárea y de Tetuán.
Crestones verticales de arenisca junto a la pista que baja a Timilla. Durante el mes de septiembre se ven en ellos muchos abejarucos.
El domingo hay zoco en la cercana
Brhârzha y los caminos están llenos de gentes que van o vuelven de él.
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