Akchour es el corazón de la dorsal calcárea del Rif donde confluyen los ríos Ferda y Kelâa para dar origen al Talambote, afluente del Lau que desemboca en el Mediterráneo.
Las aguas de las cumbres calizas circundantes bajan precipitadas hacia el fondo de profundas gargantas, salvando los desniveles en bellísimas cascadas y tallando las rocas que le oponen resistencia.
Sin duda este es uno de los rincones más bellos de la cordillera rifeña y por tanto el que más turistas atrae.
Es la puerta de entrada principal del Parque Nacional de Talasamtane, porque hasta aquí se puede acceder en todo tipo de vehículo, aunque es una puerta sin salida, ya que sólo permite el acceso al resto del parque a los que van bien preparados para realizar un largo recorrido a pie.
Fragmento norte de la hoja 1/50.000 de Bab Taza
Desde la presa, hoy vacía, tras el deslizamiento de barro y piedras que destruyó la central hidroeléctrica que hacía funcionar, hay que elegir el valle que se va a recorrer, el del Ferda a la derecha, por el río o por la senda de mitad de ladera, que conducen al puente de Dios, o el del Kelâa, a la izquierda, que lleva a la gran cascada por una senda que se pierde una y otra vez dentro del río, cuando el desfiladero se estrecha y hay que cambiar de margen.
Presa de Talambote hoy sin agua
Río Ferda, al fondo el cañón del puente de Dios
La caliza ha sido disuelta y ha formado un puente natural de considerable altura, como se puede apreciar si se toma de referencia a las personas de la parte inferior de la foto
En verano se puede ascender al puente de Dios por el río
Su cristalina agua verde invita al baño
El Ferda recoge las aguas de las vertientes norte del Jbel Lakrâa ( 2.159 m), el Jbel Tizouka (2.122 m) y otros picos que superan los 2.000 m y que constituyen las cumbres más altas de las montañas del Rif, sólo superadas por el Tidirhin (2.452 m). Es la única región de Marruecos que tiene abetos, semejantes a los pinsapos de Grazalema en España, especie endémica que el cambio climático y otros problemas añadidos están poniendo en peligro de extinción, aunque aún se mantienen algunas zonas muy bien conservadas. Las cimas suelen estar coronadas por cedros del atlas.
El valle del rio Kelâa se va estrechando por la abundante vegetación y la verticalidad de las paredes y apenas deja una senda por donde poder ir avanzando hasta la cascada que lo cierra.
El bosque de galería de las riberas deja ver, de vez en cuando, los cantarines rápidos y cascadas que alegran la subida.
Este tradicional molino movido por el agua aún estaba en funcionamiento hace unos años; el domingo estaba cerrado. El deterioro que presentaba el caz que traía el agua es un mal síntoma en cuanto a su actual actividad.
Los domingos no es fácil avanzar hasta la cascada, la afluencia excesiva de turistas hace que se bloquee la senda y los pasos del río
Los macacos asustados huyen farallón arriba
La gente se acumula en la cascada
Trepa por las frágiles tobas calcáreas, por los árboles.....
Se bañan, comen, gritan y tocan las derbugas.....
En el río y a lo largo del bello sendero van tirando toda la basura
¡ALGO HABRÁ QUE HACER PARA PARAR TANTO DETERIORO!
Querida Luisa,
ResponderEliminarTu trabalo sobre el rif es muy interesante!Me gustaria ser contigo.
Hasta la vista et un beso muy fuerte!
Pedro, el hijo de Gérard.
pierrecanou.canou@gmail.com